David Álvarez empezó como estudiante de Arquitectura en la Universidad San Jorge hace siete años. Desde el comienzo, pensó que su estancia en la Universidad San Jorge solo sería transitoria. Por aquel entonces, pretendía estudiar un año para luego cambiarse a otra universidad. Sin embargo, el trato con los profesores, el “buen ambiente” entre los alumnos y el apoyo que recibió por parte de la escuela le animó a continuar hasta el final del grado. A día de hoy ejerce como profesor en la USJ.
Por Rebeca Oliva
¿Cuándo surgió su interés por la Arquitectura?
Desde pequeño. Mis padres tenían formación técnica de delineación y desde siempre me llamaba la atención. El interés lo arrastré hasta el bachiller, cuando tienes que elegir una rama u otra. Dudaba si hacer Ingeniería o Arquitectura, pero finalmente me decanté por la parte más artística o creativa: la Arquitectura.
¿Qué tiene de creativo la Arquitectura respecto a la Ingeniería?
La parte creativa se presenta cuando comienzas a crear los edificios, en la idea del proyecto.
¿Cada arquitecto tiene su propio estilo arquitectónico?
Sí, todo ello viene en función de su vida, de quién le ha enseñado, de su carácter, de cómo aborda los proyectos e incluso de su forma de vivir. Hay personas que son más brutalistas, es decir, que hace obras más monumentales, u otras que se centran más en la sociedad y en el entorno e intentan mimetizar el edificio con el paisaje. Todas las personas somos diferentes y, así mismo, cada arquitecto tiene sus peculiaridades.
¿Cómo definiría su estilo arquitectónico?
Muy parecido al que se estudia en la universidad, es decir, aquel que busca una respuesta a lo que pide la sociedad. Dar soluciones a las personas requiere de una fase de análisis previa e investigación que se educa en la escuela desde el primer curso. Todo ello deriva en proyectos que no son únicamente estéticos, sino que respondan a unas necesidades concretas y estudiadas. Con mis propuestas y con un toque más tecnológico, que es lo que considero mi particularidad, es lo que busco reflejar en los edificios.
«Al haber comenzado a ejercer de profesor tan pronto después de haber sido estudiante empatizas mucho con los alumnos»
¿Qué tema abordó en el proyecto final de carrera?
Se trataba de un ejercicio situado en Berlín en el que se abordaban edificios de gran envergadura. Por mi parte, planteé una escuela de cine en Berlín relacionada con la “Berlinale” (festival internacional de cine en la capital alemana) y el movimiento bohemio que hay en la ciudad en cuanto al cine y a las artes escénicas.
¿Por qué una escuela de cine?
Se hizo un análisis de las escuelas de cine en Europa y se planteó, por las grandes dimensiones del solar en el que se iba a edificar, hacer una escuela de estas características, aprovechando los servicios que daba el espacio. Por ejemplo construir platós de televisión fuera del edificio. Es decir, era un edificio multidisciplinar que buscaba ser creado en Berlín para dar respuesta al nuevo grado universitario de cine, que se está intentando implementar en Europa.
¿Se puso en marcha para construir?
No, solo era un proyecto de fin de carrera así que solo se quedó en el papel.
¿Al final resultó todo bien?
Sí, acabé los estudios en septiembre de 2015 con una mención de honor y luego me incorporé al equipo docente de la Universidad San Jorge.
¿Cómo ha sido su experiencia docente?
Muy buena. Para mí es un gran honor poder ejercer de profesor como colaborador en varias asignaturas. Doy clase sobre todo a los alumnos de primero, y hago alguna intervención en quinto de carrera.
¿Qué tal con los de primero? ¿No están más nerviosos por haber comenzado una nueva etapa?
No. Empatizas mucho con ellos porque al haber comenzado a ejercer de profesor tan pronto después de haber sido estudiante puedes ver más de cerca las preocupaciones que tienen. Para mí es algo muy positivo porque, además, te permite detectar lo que les resulta más difícil de entender. Al fin y al cabo vienen de un bachiller y, para ellos, empezar un Grado de Arquitectura, que es bastante duro, es como un jarro de agua fría. Ser alumno y luego profesor me ha enseñado que si planteas la clase amena ellos responden muy bien. Nosotros estamos para que evolucionen en la carrera.
¿Ha aprendido algo de ellos?
Para comenzar, las clases te las tienes que volver a aprender, es como volver a estudiar. En toda la carrera hay cosas que se quedan en el tintero y ser profesor te permite recordarlas. De ellos siempre se aprende porque incluso te preguntan cosas en las que uno nunca hubiera caído. Yo, que me dedico al tema de informática y nuevas tecnologías, intento hacerles una clase muy guiada y amena, de forma que ellos van a la par que yo trabajando con el ordenador. En nuestro caso, nos hemos centrado con temas de geometría y con técnicas de representación 3D, de tal forma que intentamos que comprendan mejor las piezas en el espacio.
¿Es complicado comprender las piezas en un espacio 3D?
Mucho, porque ellos todavía no consiguen visualizar las piezas.
¿Es similar a los problemas de diédrico en dibujo técnico?
Sí, por ello lo hacemos en 3D y, de esta forma, es más fácil de comprenderlo. Después, con las maquinas 3D les imprimimos las piezas para que en el examen les sea mas fácil entender el ejercicio. Lo que se intenta desde el Grado de Arquitectura de la Universidad San Jorge es que con las nuevas tecnologías se faciliten y apoyen las técnicas habituales de aprendizaje para que los alumnos puedan comprender mejor. Intentamos ser punteros en ese aspecto para diferenciarnos de otras universidades.
«En la carrera hay cosas que se quedan en el tintero y ser profesor te permite recordarlas»
Además de ser profesor también está cursando el título de Experto en Flujo de trabajo BIM…
Sí, el título lo curso en la universidad mientras trabajo. Es algo que pide el mercado, y que se va a implantar, así que va a ser necesario para meterte en el mundo laboral de la Arquitectura. Esto es debido a que, al ser joven, la experiencia en edificación o construcción no la tienes todavía, así que ese título es una forma de entrar en los despachos, dado que necesitan gente joven que conozca de esta metodología y que sea bastante hábil con el ordenador y que explique a la gente más mayor cómo funciona.
¿Qué le otorga inspiración para los proyectos?
En una primera fase siempre estudiamos a los padres de la Arquitectura como Le Corbusier, y luego nos informamos para determinar qué servicios tienes que darle al edificio. Es decir, la inspiración viene de un todo, cuando intentas informarte de la historia del lugar donde vas a edificar, ves la arquitectura del entorno, y sumas tu toque personal. Todos los proyectos son diferentes, en la escuela ninguno es igual; sin embargo, todos tienen algo similar a unas redes comunes, a pesar de las diferencias.
¿Planea presentarse a algún concurso de Arquitectura?
Ahora mismo no estoy preparando mucho, me estoy centrando más en especializarme en gestión de proyectos. Por eso hice dos máster más encaminados hacia la economía y hacia la empresa.
«A la gente le echa para atrás este grado porque tiene fama de ser muy duro»
¿Baraja la opción de marcharse de España?
Mi idea es intentar primero conseguir trabajo en España y luego salir si no hay otra posibilidad, pero mi idea inicial es quedarme aquí.
¿Hay algún país de Europa que le llame la atención arquitectónicamente?
Si me tuviera que ir me iría a Suiza o Alemania. Suiza porque es uno de los mayores hitos de la Arquitectura en Europa y, ahora mismo, los despachos en de Suiza y Londres es donde más mercado de arquitectos hay.
¿Qué aconsejaría a un futuro alumno de Arquitectura?
A la gente le echa para atrás este grado porque tiene fama de ser muy duro. Sin embargo, la forma en la que se aborda desde esta universidad permite tratar cualquier proyecto de cualquier cosa. Además, el de Arquitectura es un Grado multidisciplinar, muy diverso, dado que te permite dedicarte tanto a ámbitos económicos de gestión de patrimonio inmobiliario hasta ser artista. Es una pena que se crea que esta carrera solo sirve para la arquitectura estrictamente.
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