El periodismo siempre ha sido «el defensor de la democracia». El encargado de denunciar los abusos del poder, sus vicios, sus corrupciones… De mantener informada a una sociedad sin tiempo y preservar su derecho a la autodeterminación. En definitiva, el arma del pueblo para controlar a quienes le gobiernan. Ahora bien, ¿ejercen ese control sobre ellos mismos? ¿Existe realmente la libre información?
El 80% de los periodistas españoles ha sufrido alguna presión para cambiar sus informaciones. En la mayoría de los casos, venían desde sus propios directivos. Una situación ante la que el Congreso de Periodismo de Huesca ha planteado una pregunta, ¿de quién son los medios?
Sobre ello, han reflexionado Pere Rusiñol, socio de la revista Alternativas económicas; Gessamí Forner; redactora en El Salto; Daniel Basteiro, director de InfoLibre y Luis Palacio, editor de la web Digimedios.es. Todos ellos, relacionados con medios de comunicación u organizaciones gestionadas por sus propios periodistas.
Accionariado
«Los medios fracasan a la hora de informar sobre sí mismos», ha comentado Basteiro, ante lo que ha arrojado un dato del medio que dirige, InfoLibre. Allí, el 85% de las acciones son de periodistas «concretos», de periodistas con «nombre y apellidos», ha asegurrado. Y es que, aunque podamos saber a qué grupo pertenece cada medio e intuir, por tanto, de qué pie cojean, «no sabemos quiénes son los accionistas finales de cada grupo editorial». No sabemos a qué otras empresas pertenecen, ni los intereses cruzados que pudieran llegar a tener.
«Cuando llegan estas presiones, es importante que los periodistas sepan para quién trabajan», ha insistido Luis Palacio. Es por eso que lleva varios años trabajando en un organigrama que resume la propiedad de los medios de comunicación y los grupos a los que pertenecen: el Mapa de Medios de España. Una forma de intentar aportar algo de transparencia al negocio del periodismo.
Ingresos publicitarios
Durante el debate ha surgido otra incógnita. Además del accionariado empresarial, la otra gran fuente de ingresos de los medios -en muchos casos, la mayoritaria- viene desde las campañas publicitarias. En dos de los periódicos españoles en que menor porcentaje supone esta publicidad, los datos son los siguientes: en el diario El Salto, es el 20%; en InfoLibre, la mitad. El resto proviene de las suscripciones, que parece ser la alternativa moderna para obtener un «periodismo libre».
Entonces, ¿quién tiene más poder? ¿Aquel que más acciones posee o quien más invierte en publicidad?
«Tendríamos que estar hablando de anunciantes muy importantes, con carteras de cientos de miles de euros, para tener la capacidad de hacer esa presión», ha respondido Palacio. Sin embargo, añadido que «en el propio medio se toman unas medidas para no pisar determinados ‘charcos’».
Suscripciones
En ocasiones, son los mismos suscriptores los que marcan la línea editorial. Sin dinero de accionistas y de las campañas grandes de publicidad, mantener una cantidad de lectores/oyentes/televidentes estable, e ir haciéndola crecer, se augura imprescindible. Y en un escenario en el que esta misma audiencia parece, no solo estar polarizada, sino no querer consumir cualquier contenido que no considere acorde a sus ideas, ¿puede existir un periodismo libre?
La respuesta a esa pregunta es realmente complicada. Apabullante, incluso. Quizá nadie esté preparado para responderla. Pero quizá, y solo quizá, debieramos empezar por exigir al periodismo español otros tres mapas paralelos al de Luis Palacio. Algo así como El Mapa de Accionistas de los Medios en España, El Mapa de la Publicidad en España y El Perfil de las Audiencias en España.
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