Reportajes

La supervivencia en juego

La existencia del Real Zaragoza pasa por una hinchada que no puede dejar morir a este escudo. El del león. Foto: @la_recopa (Instagram).

La temporada no ha podido empezar peor para el Real Zaragoza. La Segunda División ha cogido al conjunto blanquillo fuera de combate y, si no reacciona, podemos estar viviendo los últimos meses de fútbol en la ciudad aragonesa. Un club histórico en España, que cuenta en su haber con títulos como la Recopa de Europa, conquistada en 1995 (en París) o las seis copas del Rey, llenan las vitrinas de lo que se ha convertido en una religión para Zaragoza y, que sus miles de aficionados no están dispuestos a dejar morir.

   Por Mario Jiménez

Tras rozar con la yema de los dedos el ascenso a Primera División hace unos meses, el Real Zaragoza se encuentra en zona de descenso a Segunda División B. La hinchada no aguanta más; y, por ello, el pasado 6 de diciembre organizó una manifestación contra los actuales dirigentes del club. Según los datos históricos, con esta puntuación (13 puntos o menos) y a estas alturas de la temporada (jornada 18), solo el Córdoba CF en la temporada 2017-18 consiguió la permanencia en Segunda División ¿Lo logrará ahora el Real Zaragoza?

Donde se consumó el desastre…

La temporada pasada, hasta marzo, todo iba rodado. El Real Zaragoza estaba en posiciones de ascenso a Primera División (ascienden directos los dos primeros y el equipo estaba segundo), recortando cada vez más puntos al primer clasificado y soñando con que la vuelta a la primera categoría del fútbol español era posible. Pero cuando estaba más cerca que nunca de volver, cuando toda España le veía, otra vez, en su lugar, llegó un parón de tres meses por la pandemia mundial que todos, por desgracia, conocemos. 

El 13 de junio volvió el fútbol a La Romareda, pero lo hizo sin su mayor valor, los aficionados. Víctor Fernández, el entrenador del Real Zaragoza en ese momento y sin el que no se entiende la historia del club, ya que fue con el que se levantó la Recopa de 1995, justo antes del confinamiento domiciliario declaraba lo siguiente: “Jugar un partido de fútbol sin espectadores es sinónimo de tristeza y vacío. El sentimiento es sagrado. Es la magia de este deporte. No entiendo el fútbol sin la gente en la grada”.

Lo que acabó pasando desde que se reanudó la competición hasta que finalizó es historia. El Real Zaragoza se derrumbó y pagó muy cara la falta de afición en el Campo Municipal de La Romareda. El equipo cosechó derrota tras derrota y terminó “casi celebrando” terminar tercer clasificado, lo que ya no le daba el ascenso directo, sino que se lo tenía que ganar en el playoff (eliminatoria entre el tercero, cuarto, quinto y sexto clasificado). La no previsión de la Liga de fútbol profesional implicó un retraso en la disputa del playoff y esto causó un gran perjuicio en los equipos que lo disputaron, que acabaron la campaña mucho más tarde que sus rivales.

El final acabó dejando al Zaragoza sin ascenso. Por culpa de la demora que protagonizó el playoff, la temporada pasada terminó un mes más tarde para el Real Zaragoza y no hubo tiempo, ni dinero, para preparar esta campaña. Sin poder digerir lo que había pasado y no haber superado el golpe anímico, el equipo tuvo que volver a la competición para empezar la octava temporada octava consecutiva en la categoría de plata.

Sin poder digerir lo que había pasado y no haber superado el golpe anímico, el equipo tuvo que volver a la competición para empezar la octava temporada consecutiva en la categoría de plata. 


Todo venía de cara, hasta que, de pronto, el Real Zaragoza se topó con una pandemia mundial. Foto: @la_recopa (Instagram).

¿Es la hora de Ander Herrera?

“Tenemos un equipo con muy pocos jugadores y con el Real Zaragoza que está a punto de desaparecer. Tenemos que sobrevivir, y es una cuestión de todos. Este club es el signo de identidad de muchos aragoneses y no puede morir”, dejaba claro Víctor Muñoz, ex entrenador zaragocista, en julio de 2014, cuando una deuda de más de 100 millones de euros estaba preparada para destrozar al club, y nadie parecía dispuesto a impedirlo. En ese momento, la afición se echó a las calles de la capital aragonesa para reivindicar el ¡Zaragoza nunca se rinde!

De golpe y porrazo, apareció la Fundación 2032 (actual directiva del Real Zaragoza, que está compuesta por César Alierta, presidente de Telefónica, por la familia Yarza, del grupo Heraldo, y por otros empresarios aragoneses) y salvó lo que parecía una muerte anunciada. A día de hoy, con ellos en la directiva, el club ha reducido su deuda más de 35 millones. Pero, para la mayor parte de la afición, esto no es suficiente. La hinchada pide el regreso de Ander Herrera junto a César Sánchez para sustituir a los dirigentes actuales. “Con todo lo que pasó hace seis años, que el club estaba cerca de morir, la actual directiva vino y salvó al club de una situación crítica, por lo tanto, tenemos que estar agradecidos por ello, que si no llegan a venir igual no estábamos aquí”, asegura Aitor Lagunas, periodista de Gol TV y Revista Panenka.

“Con todo lo que pasó hace seis años, que el club estaba cerca de morir, la actual directiva vino y salvó al club de una situación crítica, por lo tanto, tenemos que estar agradecidos por ello”.

    Aitor Lagunas, periodista.

Las últimas noticias indican que Herrera y Sánchez (ex jugadores del Real Zaragoza y zaragocistas) quieren ayudar al club y andan detrás de una parte del accionariado del mismo. Este hecho supondría la llegada de nuevos inversores. Lo que tanto demanda una afición que está más herida que nunca, pero que no quiere dejar de latir por su equipo -lo que cada vez se hace más complicado-. “La llegada de Ander y César ayudaría muchísimo. Supondría una bocanada de oxígeno a nivel económico. Pero, sobre todo, aportarían conocimiento futbolístico”, comenta -de nuevo- Aitor Lagunas, periodista zaragozano.


La afición no está con la directiva y tiene claro que quiere un cambio de rumbo en el accionariado para optar a cotas más altas. Foto: Marcos Allué.

Obligados a ser héroes

En esta nueva campaña, lo cierto es que, hasta el momento, todo ha salido mal. Tener que vender a tus mejores jugadores, arriesgarte en los nuevos fichajes de la plantilla y un entrenador muy cuestionado -que acabó cesado a las primeras de cambio- han sido cuestiones determinantes para ocasionar la situación actual. Después, llegó Iván Martínez como nuevo entrenador para reconducir la situación del equipo (subió como entrenador del Deportivo Aragón, filial del Real Zaragoza, hasta el primer equipo) pero, a pesar de que es un hombre de club, y que probó todas las fórmulas posibles, no consiguió darle la vuelta a la tortilla. Por ello, fue destituido de su labor como técnico del primer equipo y volvió al filial.

Esto también se ha llevado por delante a Lalo Arantegui, el director deportivo con el que, hasta este verano, gran parte de la afición se identificaba. Pero que las últimas decisiones se han puesto en su contra, hasta el punto de quedarse sin apoyos. “El ciclo de Lalo estaba acabado. Con él se ha estado a punto de ascender, pero también de descender”, dice Fernando Ramos, periodista de Aragón Radio.

Para relevarle, ha llegado Miguel Torrecilla. Y ahora, es el turno de Juan Ignacio Martínez (JIM). Un entrenador experimentado y que será el encargado de evitar el descenso a Segunda División B. Un hombre que, lo primero que hizo al llegar fue reclamar unión. “Necesitamos toda la energía positiva posible” apuntaba en la rueda de prensa el día de su presentación como nuevo entrenador zaragocista. Sus decisiones -las de Torrecilla y JIM- marcarán la existencia futura del Real Zaragoza.

De momento, esa positividad que reclamaba JIM en su llegada se está traduciendo en puntos. Lo que más necesita el cuadro blanquillo. Ni buenas sensaciones, ni buena suerte. Se necesitan puntos -y no pocos- para que el león vuelva a rugir de verdad. Según la historia, en la categoría no se ha salvado nadie del descenso con menos de 44 puntos, y, como máximo, se han necesitado 52 para mantenerse. La remontada que hay que hacer para ello, no es poca cosa. Y es urgente empezar ya.

¿Cantera o cartera?

“En el mercado de invierno (periodo comprendido a lo largo del mes de enero en el que se puede fichar jugadores) se debería fichar. Con los canteranos hay que saber elegir los momentos, se debe intentar que sea en situaciones favorables para que no tengan tanta presión. No deben ser ellos lo que saquen esto adelante. En otras situaciones y rodeados de gente con experiencia pueden ayudar y ser importantes, pero ahora es muy complicado”, expresó Irene Molina, periodista de Aragón TV.

Desde luego que, ahora, no parece el momento más adecuado para que los jóvenes tengan que dar la cara y levantar a un equipo al que ya se le ha puesto la etiqueta de “desahuciado”. Los que están curtidos en mil batallas, que han vivido esto y que no van a dejarse superar por el ruido ambiental son los que tienen que armarse de valor y hacer resurgir al escudo del león.

Torrecilla es el elegido para ser junto a JIM el principal artífice de la salvación. Para ello, tiene que darle la vuelta a una plantilla de la que, según comenta Paco Ortiz Remacha, periodista de Aragón Radio, “hay que quitarse a seis o siete futbolistas, que no están integrados y que no funcionan, para liberar masa salarial y traer cuatro o cinco fichajes que den la talla”. Los errores cometidos en el verano están pesando demasiado a un conjunto que ha pasado del cielo al infierno en cuestión de semanas.

Los errores cometidos en el verano están pesando demasiado a un conjunto que ha pasado del cielo al infierno en cuestión de semanas.

La mecha sigue viva

El zaragocismo necesita esta salvación como el comer. No quieren, ni pueden acostumbrarse a vivir sin el equipo de su ciudad. El que cada domingo han ido a ver y del que depende en gran medida su estado de ánimo. Pero, con ello, no es suficiente. Y es que los seguidores quieren volver lo antes posible a la Primera División. Para ello, hay un modelo a seguir. Y este no es otro que el de un rival en esta temporada. El Real Sporting de Gijón. Los asturianos, con un equipo plagado de jóvenes que sentían su escudo como nadie, lograron la machada.


El equipo, de la mano de su nuevo entrenador, cree en el milagro de la permanencia.
Foto: RealZaragoza.com

“Hace seis o siete años, el Sporting de Gijón estaba en una situación más cómoda, pero similar al Zaragoza en la actualidad. Los asturianos estaban rozando el descenso a Segunda División B y, a final de campaña, no les quedó otra que tirar de jugadores de la casa, de los canteranos. Tuvieron que echar mano de ellos y les hicieron un gran papel. Y, al año siguiente, con la experiencia que habían cosechado y el nivel mostrado, consiguieron el ascenso a Primera División. En eso tiene que fijarse el Real Zaragoza”, explica Jaime Mateos, periodista de Fondo Segunda y colaborador eventual de Radio Marca Zaragoza.

Para eso mismo se ha firmado a JIM. Y, hasta el momento, nadie puede discutirle nada. Ni a Torrecilla, el que le ha traído, y, por supuesto, tampoco a él. El alicantino ha conseguido, en una semana, cambiar, por completo, el estado mental de los futbolistas. El club puede haber encontrado la parte psicológica que tanto demandaba. Dos partidos, dos victorias. Parece fácil, pero esta temporada, sobre el campo, no se habían logrado dos triunfos seguidos. En él están depositadas las esperanzas mañas. Salvarse este año y, quién sabe, luchar por un regreso, que ahora parece lejano, al sitio que, por historia y grandeza, pertenece al Real Zaragoza, la Primera División.

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