En época de crisis, muchos son los que despiertan su imaginación para dar un segundo uso a las cosas con el objetivo de abrirse nuevas puertas. Éste es el caso de Desafinado, un bar zaragozano que organizó el pasado 21 de diciembre su primer mercadillo de segunda mano. En él se dieron cita seis pequeños puestos de distintos artículos con un tema en común: el estilo vintage.
El mercadillo, que comenzó a las 12:30 de la mañana, fue idea del propio dueño del bar y las empleadas del mismo se encargaron de coordinar la jornada y de dar a conocer el evento a través de las redes sociales. “Al principio lo publicitamos como mercadillo vintage navideño pero lo del vintage está súper trillado y entonces le hemos llamado Bizarrio, una mezcla entre Bizaro y zararrios y así seguirá para que tenga un nombre propio y se distinga de los demás”, explica Berta París, una de las empleadas.
Desafinado se encuentra muy vinculado con los objetos de segunda mano. Desde hace siete años la parte trasera del establecimiento, la trastienda, está destinada a una pequeña tienda donde se venden artículos de segunda mano, revisados antes de poner a la vente para que reúnan una serie de características (buen estado). “Las prendas u objetos deben estar en buen estado, queremos que todo tenga un aire retro, que tenga salida”, comenta Berta Paris. Este hecho empezó a despertar el interés de algunos por este tipo de objetos e hizo que algunos amigos del bar se decidiesen a montar el mercadillo.
Mónica Moreno, dueña del puesto “Vístase señora”, en el que se puede encontrar moda vintage, lleva varios años vendiendo productos de segunda mano. En su puesto podían verse distintas prendas de ropa, desde camisas a pantalones, y varios complementos. Actualmente está en paro y se dedica a ello a tiempo completo. Para ella los productos vintage son “tesoros redescubiertos. Es ropa que se ha quedado olvidada en un momento dado y hay que descubrirla, volverla a poner en circulación”, comenta Mónica. Por eso intenta animar a la gente a través de Internet a acercarse mercadillos. También utiliza la red para buscar artículos específicos y venderlos en su puesto y esta constantemente conectada a Facebook, donde tiene su propia página. Mónica confiesa que “cuando empecé a traer cosas al Desafinado no fue por un fin lucrativo, sino para que esto llegase a más gente y todo el mundo pudiera compartir y apreciar esto como yo lo aprecio”.
Zaragoza es una ciudad donde se han llevado a cabo intentos por establecer mercadillos a gran escala con el fin de motivar un segundo uso de las cosas, pero no nunca llegaban a tener éxito. Mónica declara al respecto que “en esta ciudad se produce un boom pero al poco tiempo se termina y ya no se vuelve a repetir. Se han dado casos de tiendas vintage que han acabado cerrando a los pocos meses, sin embrago en las grandes ciudades como Barcelona o Madrid se hacen a gran escala incluso varios mercadillos a la vez, el problema no es España, es a nivel provincial”.
Junto al puesto de “Vístase Señora” se encontraba Vera Ibáñez Durán. Ésta estudió joyería en Barcelona y ahora vende sus propias colecciones en mercadillos como Bizarrio y Slap, así como de forma online en su página web, un negocio del que espera poder vivir algún día. “Estoy empezando una marca de joyería contemporánea con esmalte al fuego. Es un arte que no está muy modernizado, parece que solo lo llevan señoras mayores y por eso quería darle un toque actual. El esmalte es muy bonito, además ser algo duradero, puedes llevarlo ahora con una cadena y más adelante utilizarlo para un broche, no es un material que se devalúe”, explica Vera.
La artista confiesa sentirse muy atraída por la iconografía mexicana, india o africana con la que se inspira a la hora de crear sus joyas. Por ahora ha realizado diferentes colecciones con temáticas muy diversas, desde una colección sobre lo místico y religioso hasta globos, zeppelines o corazones.
Exclusividad y originalidad son algunos de los puntos fuertes de su trabajo. La joyera explica que “todos los diseños son únicos, trabajo en series muy cortas porque me gusta que las cosas tengan un valor único. Me dirijo a un público que busque algo especial y no le guste encontrarlo en cualquier persona. Por eso aunque se pueda reconocer mi diseño, sabrás que no existe ninguna pieza como esa”.
Vera elabora cada uno de sus diseños a mano y sus precios varían de los 20 a los 100 euros. “Son precios bastante económicos para ser piezas únicas y hechas a mano. Me apetecía que fuera un valor económico y accesible a todos los bolsillos aunque sean cosas que no nos permitamos todos los días”, comenta Vera.
Además, la joyera utiliza la técnica del reciclado de joyas, utilizando materiales que pertenecen a otros artículos para crear nuevos modelos. “Muchas veces veo un collar que tal y como está no me gusta nada, pero si veo que sus piezas tienen potencial, lo compro e intento mejorarlo”, explica.
Los materiales necesarios para la producción de joyería resultan muy costosos lo que eleva a su vez el precio del producto final. “Participé en el Market Re-place pero no llevé joyas porque no podía ponerles un precio más popular. Hacer una joya puede costarme dos días, la maquinaria es muy cara y lo que no puedo hacer es infravalorar mi trabajo. Con lo que gano como azafata intentar mantenerme y ahorrar para poder comprar maquinaria nueva”, explica Vera.
El puesto de “Rabo de toro” fue otro de los participantes en el mercadillo. Bajo su original nombre, fruto del ingenio de sus dueñas, fue el más joven, ya que apenas lleva dos meses en funcionamiento. Surgió como una alternativa a la crisis. “Teníamos una máquina de chapas allí abandonada y como en estos momentos hay que agudizar el ingenio empezamos a darle salida” comenta Elena, una de las propietarias. El diseño de las chapas es de lo más original y variado, ya que se puede encontrar imágenes de un pintor de Huesca, con motivos textiles e incluso navideñas.
El Pico, en el que podían encontrarse discos de vinilo y La Vintagería, donde los visitantes del mercadillo pudieron comprar diferentes gafas de marca tanto de sol como de ver, fueron otros puestos del Bizarrio.
La primera edición del mercadillo se llevó a cabo con mucho entusiasmo y tanto como por parte de la organización como de los propietarios de los puestos, esperan que sea la primera de muchas.
Informan Itziar Cortés, Carolina de la Rosa, Nerea Beatove y Patricia Blasco
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