El periodismo se rige por la regla básica de “Carpe diem”, pero también por la de “pronostica el futuro”. La velocidad a la que evoluciona la sociedad y la aparición de las nuevas tecnologías, está provocando en nuestra profesión una situación de inestabilidad por la sencilla razón de que, en algún momento, se nos ha olvidado aplicar la segunda regla básica. Como dice el gran Kapuscinski: “En el periodismo la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, pero también debemos estar en condiciones de prever el futuro”.
Muchos profesionales de la información se han escondido en una concha de tortuga. Están convencidos de que las nuevas tecnologías han surgido para derrocar al periodismo. Hoy ha llegado la hora de pinchar con un palillo sus traseros y obligarles a sacar la cabeza. Esta profesión, que para Gabriel García Márquez es “el mejor oficio del mundo”, tiene la facultad de formar parte del privilegiado grupo de las necesidades básicas humanas: comer, beber, dormir e informar. Por este motivo, todos los que nos dedicamos o pretendemos dedicarnos a este noble trabajo debemos estar tranquilos, el periodismo nunca perecerá.
Debemos ser capaces de dar la vuelta a la moneda y mirar con proyección. Esto no es el Apocalipsis de nuestro oficio sino todo lo contrario: su Big Bang. Sé que los datos de los últimos años no son ni mucho menos optimistas. Sin ir más lejos, el número de periodistas en paro ha aumentado estrepitosamente. Según el “Informe Anual de la Profesión Periodística 2012”, los 9.937 periodistas que había en paro en septiembre de 2011 son 27.443 un año después. Pero no nos dejemos engañar, parte de esta culpa la tiene una crisis que, como todas, será pasajera, a diferencia de las noticias, que siempre permanecerán.
Las nuevas tecnologías han abierto un nuevo mundo de posibilidades que estoy seguro nosotros tardaremos poco en ocupar. La información viaja más rápido y, por tanto, nosotros podemos ser más efectivos en nuestra profesión, pero debemos mantener la cordura y no olvidar la esencia del periodismo. Estas nuevas tecnologías nos hacen más fácil nuestro trabajo, pero no ocupan su lugar. Su lugar está con las personas, con la paciencia, el conocimiento y, sobre todo, el sacrificio.
Texto: Nicolás Bonet
Imagen: Morguefile.com
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