El vicedecano del Grado en Periodismo en la Universidad San Jorge y profesor en áreas como ‘Redacción Periodística’ o ‘Periodismo Social y Cultural’, Jorge Miguel Rodríguez, propone una lista de títulos literarios con los que nutrirse de fantasía, de la mano de William Shakespeare, o de conocimiento histórico, con Stefan Zweig, a lo largo de este verano.
En primer lugar, y con especial consideración, el profesor Rodríguez recomendaría las obras de William Shakespeare, porque pocos autores como este escritor inglés han sabido retratar con tanta hondura la condición humana. Hay un episodio contado por los primeros profesores de la Universidad de Navarra, donde él hizo el doctorado: un grupo de estudiantes de esta universidad viajó a Estados Unidos a conocer el Washington Post. Cuando un profesor preguntó a Ben Bradlee, el mítico director de este diario, quien estuvo al frente del Watergate y de otros casos, qué consejos daría a los alumnos para que se convirtieran en buenos periodistas, la respuesta los dejó perplejos: Les recomendaría leer a Shakespeare. Y explicó que sus obras permiten conocer mejor al hombre. Bradlee, viejo reportero, sabía bien lo que decía. Y es que “un periodista debe ser, ante todo, un humanista”. Las competencias técnicas son básicas y necesarias, pero deben articularse sobre una formación humana que garantice la misión de un profesional con mayúsculas. Recomienda por ello empezar con estos cinco títulos: ‘Otelo’, ‘Hamlet’, ‘El rey Lear’, ‘El mercader de Venecia’ y ‘Macbeth’.
Y para los lectores en general, recomendaría ‘María Antonieta’, de Stefan Zweig. El lector podrá conocer cómo se fraguó la Revolución Francesa a través de los detalles de la vida cotidiana en Versalles: cómo una María Antonieta se casa a los catorce años por conveniencia con un Luis XVI al que no conocía ni amaba, las intrigas, la frivolidad, las traiciones… La escritura de Stefan Zweig logra describir con precisión decirujano el alma de los personajes de ese momento histórico, y hacernos comprender que las (en apariencia)pequeñeces pueden ser determinantes para cambiar la vida de un ser humano, un país, o el mundo entero.
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