Las cadenas de televisión privadas españolas apuestan por programas de índole optimista desde que comenzó la crisis en 2008. Podemos encontrar programas de todo tipo, desde concursos en los que se puede ganar dinero como Ahora Caigo o Lo sabe no lo Sabe hasta series cómicas que sirvan a la sociedad como forma de escape de sus problemas. Un ejemplo de ello es la serie Aída que estrenó nuevos capítulos el pasado 2 de septiembre.
En el mes de Octubre, Telecinco encabeza con un 15,1% el índice de audiencias. Esta cadena apuesta sobretodo por el entretenimiento con series cómicas como La que se Avecina o Aída, que se ha convertido en la serie más vista del domingo desde 2007. Mario Montero Rodríguez es el actual director de Aída. A lo largo de su trayectoria profesional ha sido guionista, productor ejecutivo y director de series de ficción españolas como La familia Mata para la productora Notro Televisión, además de 7 vidas o Buenagente para Globomedia.
Dragón Digital.- Entró en el mundo de las series como guionista, ¿cómo funciona este gremio?
Mario Montero.- Generalmente se entra de becario. Hablo de guionistas de series de largo recorrido, no de los de cine o freelance ya que trabajan de una manera distinta. Los guionistas que entran a formar parte en una plantilla de trabajo en una serie, que es un método muy estadounidense, suelen empezar desde abajo. Lo normal es que las grandes productoras, por una cuestión económica, vayan contratando a gente con una menor demanda salarial. Allí uno comienza como becario, luego guionista junior con un incremento de salario, y después a guionista senior.
Una vez llegado ese punto, si trabajas en una serie con varios equipos de guión puedes convertirte en jefe de equipo, compuesto por tres o cuatro personas. Además, dependiendo de la ambición de cada uno, puedes convertirte en coproductor ejecutivo de la serie e incluso puedes llegar a ser productor ejecutivo, que es ya el núcleo de decisión de una serie.
D.D.- ¿Cómo surgen las ideas a la hora de hacer un guión?
M.M.- Si un guionista no utiliza sus experiencias vitales en algún momento no es un buen guionista. Si no sacas lo que tienes dentro o no expresas nada a partir de eso, es muy complicado. Otra cosa es que escribas una película que son 120 páginas a partir de una experiencia personal, pero una serie no, o tienes 85 años y te han pasado muchas cosas o no te da para tanto. A la hora de diseñar una serie las referencias suelen ser o bien familiares, de amigos, o de alguien que te ha contado alguna anécdota.
D.D.- ¿Es más fácil hacer un guión basado en un libro ya escrito o en algo completamente nuevo?
M.M.- Nosotros siempre partimos de ideas originales por política de la productora ya que por derechos de autor prefiere que sean series originales. Yo nunca he trabajado en una adaptación. Siempre es más complicado adaptar porque te tienes que ceñir a muchas cosas que ha pensado otra persona. Yo creo que eso conlleva más de dificultad. El oficio te hace encontrar una serie de claves que te ayudan a salvar escollos que igual cuando eres principiante no sabes cómo actuar.
D.D.- Los guionistas que forman parte de una plantilla son bastantes y de diferentes rangos, ¿cómo se dividen el trabajo?
M.M.- La metodología que empezamos en las series en las que he trabajado está sacada de la sitcom estadounidense. Normalmente, trabajamos en grupos de unos quince o veinte guionistas que se dividen en equipos de tres o cuatro personas. Las comedias son tan ágiles que no pueden ser fácilmente escritas por poca gente y escaso tiempo. Esto es muy común para comedia.
D.D.- 7 Vidas y La familia Mata son series de dos cadenas de televisión diferentes. ¿Cómo se puede pasar de hacer un guión para Antena 3 a hacer uno para Telecinco?
M.M.- Es libre mercado. Hay mucha política y muchas relaciones. En general, las productoras trabajan para todas las cadenas. Se dan casos que por motivos personales se veta a una cadena o a una productora. Normalmente, es una cadena la que veta a una productora. Si esto ocurre al contrario, la productora tiene que estar loca. Yo para Globomedia trabajé siete años seguidos en 7 Vidas, luego me marché a Barcelona para trabajar en Antena 3 con El Terrat. Volví a Madrid y firmé con la productora Notro Televisión, que acaba de cerrar, para hacer La familia Mata. A continuación Globomedia me contrató para trabajar en una serie que pactó con Telecinco. Aún con todo, y después de un año de trabajo, la serie no se emitió y ese trabajo se derivó en una serie para La Sexta.
D.D.- Habla de productoras y cadenas privadas. Pero, ¿qué hay de las televisiones públicas?
M.M.- Trabajan con otras productoras, pero también tienen sus equipos y hacen sus propias series. Su funcionamiento a la hora de contratar una serie ha sido siempre como el de un canal privado.
D.D.- Siendo que España está viviendo una época de crisis, ¿ha aumentado mucho la competencia entre los guionistas?
M.M.- El problema de hoy en día es que hay muy poca oferta pero la misma demanda para ser guionista. Hay algunos guionistas que dejan el trabajo por cansancio o porque pasan a tener otros cargos como yo. Pero el núcleo de gente que trabaja como guionista es igual. Se va renovando desde abajo con gente nueva que ha terminado una carrera, o que ha realizado un curso relacionado con lo audiovisual, e incluso por gente que no ha estudiado nada de imagen pero que tienen mucho ingenio y que conocen la estructura de las series a base de haber visto la televisión.
D.D.- Hoy en día, la mayoría de la población española se encuentra en una situación de desesperación por la crisis. ¿Es cierto que en estos tiempos las series con humor son las más demandadas por el público?
M.M.- En general, en los tiempos de crisis es inevitable. El público prefiere desconectar y antes que ver documentales o informativos, que les puede causar ansiedad, ve algo que le ayude a desconectar de la realidad. Un ejemplo es Estados Unidos que en tiempo de crisis y recesión en los años 20 y 30 explotó la comedia. Pese a ello, hoy hay menos series de comedia que antes de la crisis. El espectador no decide, sólo consume, son las cadenas las que lo hacen.
D.D.- ¿Los guionistas cómo saben adaptar el tiempo que dura un capítulo a la idea que llevan en mente?
M.M.- Generalmente, se hace por páginas. Nunca se graban 45 minutos o 22 como las sitcom americanas, o 70 como en las series de drama. Lo que cuentas es lo que tienes pactado con la cadena. En este sentido, en Estados Unidos son inflexibles. La sitcom dura 22 minutos exactos por cuestiones de programación. La productora es la que al final decide en cuantos minutos dejará la historia. Hay cadenas que en EE.UU se llaman majors y que aquí en España son las generalistas, como Telecinco o Antena 3, con los que firmas un contrato de duración mínima de cada capítulo. Si por ejemplo se firma que una serie va a durar 45 minutos significa que no puede durar menos, pero que si se le regala a la cadena 25 minutos de capítulo están encantadísimos. Pero no te van a pagar más.
D.D.- ¿Varía el tiempo de duración si la serie es cómica o dramática?
M.M.- Me remito a EE.UU porque son el espejo. Allí hay únicamente dos formatos, siempre de las majors que ponen un tope. La comedia 22 minutos y como tope 30 minutos. Por otro lado, las series de género son de 41 minutos. Nosotros cuando arrancamos con 7 vidas intentamos hacer media hora y aunque la cadena fue muy reticente lo terminaron aceptando. La comedia debe durar poco porque sino se condensa. Esto los americanos lo tienen muy claro pero aquí en España no. Lo que prima a las cadenas Españolas es que le ofrezcas más minutos.
D.D.- ¿Puede un actor renunciar a una serie si está disconforme con el tiempo que aparece?
M.M.- Sí. Hay actores y actrices que prefieren salir más y otros menos de lo que les ofreces. Cuando un personaje se convierte en el pilar fundamental de la serie tiene el poder de decidir si considera que aparece en exceso o no. Si eres un actor de elenco, que tienes tu equilibrio con el resto de los compañeros, procuras llevarte bien con la productora.
A veces, los actores se cansan de la serie y lo que se intenta es conseguir una estabilidad, es decir, se le piden unos capítulos de margen para no tener que sacar de golpe al personaje de la historia. Esto se hace porque hay miedo a que el espectador rechace que el actor se haya ido de la serie y deja de verla. Lo que hay que hacer es reducir al máximo ese impacto, encariñando al espectador con otro personaje para intentar compensar emocionalmente el peso del que va a desaparecer.
D.D.- ¿Qué diría a los futuros guionistas?
M.M.- Es una profesión muy vocacional, tiene que gustarte mucho para no rendirte. Ahora mismo la cosa está muy mal, no es por desanimar. Una vez que ves una frase tuya en la boca de un actor, y la están viendo en ese momento 4 millones de personas, te produce un momento de satisfacción. Luego te vas acostumbrando como es normal y ya depende de cada uno y de su ego pero es una experiencia inolvidable.
Informan: Lucía de La Sierra, Vanesa Ramos, Claudia Salete, Irene Villanueva.
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