El mundo del cine se preguntaba qué había estado haciendo Alejandro Amenábar durante todo este tiempo. El cineasta español vuelve seis años después de su último largometraje, «Ágora», e inaugura la 63ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián con «Regresión», una película inspirada en hechos reales que gira en torno a los ritos satánicos y el impacto que tuvieron en los años 90 en Estados Unidos. La película se presenta como estreno mundial en la Sección Oficial del Festival pero no competirá por la Concha de Oro ya que lo hace fuera de concurso.
Regresión narra la historia de Angela Grey (Emma Watson), una menor que denuncia haber sido abusada por su padre y su secta satánica. Ahora vive en la Iglesia junto al reverendo para protegerse de los espíritus impuros que quieren acabar con su vida. Los hechos tienen lugar en una humilde ciudad de Minnesota, donde una pequeña estación policial toma las riendas del caso. El inspector Bruce Kenner (Ethan Hawke) es el encargado de dirigir la investigación y de intentar resolver el misterio. Para ello contará con la inestimable ayuda del irónico profesor de psicología y Doctor Kenneth Raines (David Thewlis).
El profesor Raines utiliza la técnica de la hipnosis regresiva para intentar hacer que los familiares de Ángela e incluso ella misma recuerden aquello que les aflige y les ha comenzado a matar por dentro. La potente historia que gira en torno a la joven afectada es intrigante y te atrapa durante los primeros compases del film, pero pierde fuerza a medida que giramos en el torbellino de las mentes de cada uno de los personajes sospechosos. Sin embargo, la facilidad con la que Ethan Hawke simpatiza con ciertos personajes en las conversaciones privadas (lo que me recuerda mucho a Training Day (Antoine Fuqua, 2001), a su obsesión de defender la ley y por encima de todo sus principios con tesón sin importarle el resto).
Esa regresión que tanto protagonismo toma durante la primera mitad de la película, se ve relevada por la obsesión que crea el satanismo y los juegos de la mente en los personajes. El propio inspector Kenner tendrá que luchar contra su propia mente para poder resolver el caso que tanto sueño le roba por las noches. Pesadilla que, por otro lado también se hace pública gracias a los medios de comunicación y comienza a aterrorizar a toda la población. Los actos y organizaciones satánicas fueron muy populares durante la década de los 90 en Estados Unidos, llegando a aterrorizar ciudades enteras. Se publicaron libros sobre el tema y llegaron a ser los más vendidos del momento, prueba del terror de la gente y la importancia que tenían en el día a día de las ciudades del mundo.
La gran mayoría de personajes secundarios que componen el elenco son familiares de Ángela, y son parte de las piezas que hacen que el puzzle para resolver esta historia sea tan extremadamente complicado. Como dice el Doctor Raines durante su primera intervención en la película, «cada mente es un universo» y aunque él mismo reconozca posteriormente que a veces eso puede ser una tontería, no lo es. La fuerza de la mente y el desarrollo de nuestra imaginación es ciertamente un mundo por descubrir y puede servir para hacer el bien o el mal, y en «Regresión» la lucha de las mentes y la imaginación de los personajes es el principal conflicto, ya sea entre ellas o contra ellas mismas. Amenábar juega con nosotros igual que los personajes juegan a resolver el misterio. Sin embargo, la gran propuesta inicial de «Regresión» termina por naufragar en un clímax descafeinado semejante a la resolución que tuvieron estos casos en la vida real, ya que nunca se encontraron pruebas que esclarecieran los hechos de la existencia de ritos satánicos.
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