Blog

El 10% de los aragoneses está en riesgo por la situación de su vivienda

Imagínate en tu casa. En tu cuarto. Como acostumbras a hacerlo. Sentado frente al ordenador, leyendo un libro, escuchando música. Tu hogar, tu refugio. De pronto, comienzas a sentir un frío helador que recorre tus huesos. Es enero en Zaragoza. El cierzo se filtra por tus ventanas que, sin aislamiento término, poco pueden cubrirte del temporal allí fuera.

Recuerdas que tienes que ir al supermercado a hacer la compra de hoy. “Algo caliente”, piensas, pero ni aún así podrás desprenderte del frío que ya se ha instaurado en tu cuerpo. El médico te ha asegurado que como continúes en esta situación sufrirás graves problemas respiratorios e incluso problemas de salud crónicos. Pero qué vas a hacer tú, si apenas tienes dinero para sobrevivir día a día cómo vas a pagar por una reforma de cantidades económicas astronómicas. Solo puedes esperar a que pasen los días, sobreviviendo, y rezas antes de irte a dormir para que mañana despiertes sano  salvo.

Esta es la historia de Visitación Manrique, de 84 años. Vive sola en un cuarto piso de un barrio pobre de la capital aragonesa. Como ella, más del 10 por ciento de la población aragonesa quien se encuentra en grave riesgo debido a la situación de sus viviendas.

Reportaje realizado por Sobrevivienda (Javier Cebolla, Rebeca Oliva y Ana Valdizán) *

Según la Mesa por la Rehabilitación de la Edificación en Aragón (también abreviada como La Mesa), nuestra comunidad autónoma posee un parque de 760.000 viviendas, 70.000 de ellas son de cuatro plantas sin ascensor y 540.000 del total fueron construidas antes de 1980, lo que supone el 60 por ciento del total. Cifras que reflejan el estado envejecido de nuestra región en cuanto a temas de vivienda se refiere, además en numerosas ocasiones, en nuestra ciudad, se han producido incidentes relacionados con los edificios con consecuencias catastróficas. En algunas ocasiones, dichos incidentes se deben a inevitables factores humanos, pero en otras, esas catástrofes podrían haberse evitado si se hubieran tomado las medidas adecuadas de rehabilitación y prevención.

Más del 70 por ciento de los edificios en Zaragoza son de construcción anterior a 1980 y, según el gerente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza, Lucio de la Cruz, dice que “muchos inmuebles requieren reformas urgentísimas en cuanto a aspectos de seguridad se refiere”. Según La Mesa, el 40 por ciento de la actividad de la construcción europea se destina a labores de rehabilitación mientras que en España tan solo se dedica un 18 por ciento.

Podemos observar mientras paseamos por las calles de nuestra ciudad el estado de dejadez en el que se encuentran algunos edificios que salpican nuestras calles. No solo se tratan de cuestiones estilísticas, de embellecer nuestro entorno e historia de nuestras calles, sino que en ello se incluye un componente social: la situación de las personas que habitan en ellas. Quienes pasan su día a día en unas condiciones pésimas e inhumanas. Por ejemplo, según La Mesa, casi 200.000 edificios, anteriores a 1980, no poseen aislamiento térmico.

Según el Heraldo de Aragón, el mal estado de algunos edificios de la ciudad “dispara las intervenciones de los bomberos”, con un total de 236 rescates y un crecimiento del 28 por ciento de hundimientos de edificios durante el año pasado. El año pasado se realizaron 7.609 servicios en la capital, lo que supone, según el periódico aragonés, un incremento del 12,5 por ciento respecto al año anterior, consecuencia del mal estado de los edificios. En total, se llevaron a cabo 354 intervenciones por ruinas y hundimientos y 589 salidas a causas de fugas de gas, agua y productos nocivos.

Lucio de la Cruz afirma que “hay una relación directa de causa-efecto por la crisis económica, dado que las inversiones en temas de mantenimiento han caído en picado”. Según Lucio, la evasión de las rehabilitaciones solo provoca “tentativas a la suerte” que “pueden acarrear consecuencias fatídicas”. Por ejemplo, en abril del año pasado, los bomberos tuvieron que desalojar de forma preventiva a nueve familias de un mismo edificio a causa del mal estado de la vivienda en la que se encontraban. Su estructura se encontraba en mal estado y se habían producido numerosas fugas de agua en el interior del edificio. Las familias no podían continuar en el interior de la vivienda por peligro de derrumbe o mayores catástrofes a causa de fugas de sustancias nocivas.

Así mismo, el pasado mes de agosto, Urbanismo aseguró que intervendría en los pisos de San Pablo desalojados debido al mal estado en el que se encuentran. Según el Heraldo de Aragón, hizo un llamamiento a los Bomberos para actuar de forma inmediata de tal forma que se evite el continuo deterioro de los inmuebles y su posterior colapso. Según constata Urbanismo, el suelo se encontraba “tremendamente hundido” y presentaba un enorme riesgo de colapso. Una situación que pone en riesgo las vidas de las personas con menos recursos económicos, quienes se pueden ver mortalmente afectados por el estado de sus viviendas.

“Hay una relación directa de causa-efecto por la crisis económica, dado que las inversiones en temas de mantenimiento han caído en picado”

Tampoco se tratan únicamente de factores sociales, sino de ahorro y compromiso con el medio ambiente. El 80 por ciento de las viviendas en Aragón tienen una calificación energética de E, F y G, es decir, los niveles más bajos en la escala de certificación, lo cual supone un potencial de ahorro de 500 millones de euros. Además, una mejora en la calificación energética de estas viviendas supondría reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera y favorecer así, en nuestra comunidad, un entorno libre de emisiones tóxicas.

Pero rehabilitar una vivienda no es tarea sencilla, se necesitan estudios de los problemas que padece el edificio, soluciones proporcionadas por profesionales, coordinación de gremios, búsqueda de financiación… es decir, una ciudadano de a pie, por sí solo, no puede emprender un proyecto de tales dimensiones. Es por ello, que desde numerosas organizaciones se pide insistentemente que se faciliten mayores ayudas para aquellas personas que más lo necesiten.

Las zonas más afectadas

Según el “Plan Integral del Casco Histórico de Zaragoza” destinado a la rehabilitación de este barrio se han derribado 69 edificios por peligro y 55 se han declarado en ruina. Además, se destinaron 9.804.378€ para la rehabilitación de viviendas privadas.

Situación de la zona de Grupo Andrea Casamayor. Fotografía por Rebeca Oliva.
Situación de las viviendas de El Gancho. Fotografía por Ana Valdizán.

“Las administraciones deben mostrar más sensibilidad social”

Visitación toma una bolsa de supermercado, un abrigo y sale de casa. “No llevo carro de la compra porque sería imposible subirlo por las escaleras”, explica.Baja cuidadosamente las escaleras de su edificio hasta alcanzar la calle con la bolsa bajo el brazo. El sol de invierno reconforta y calienta mucho más que en el piso de Visi. De su abrigo largo de señora extrae un pequeño papelito arrugado. Es la lista de la compra. Caldo de pollo, 250 gramos de ternera, borrajas, pan , una docena de huevos y muslitos de cangrejo. Sonríe y confiesa: “me gustan mucho los muslitos de cangrejo”.

Luis Soriano Bayo, presidente de la Mesa por la Rehabilitación de la Edificación en Aragón, denunciaba que las administraciones no presentan interés social y humano por el estado en el que se encuentran algunas personas. “Es la hora de rehabilitar y las administraciones deben mostrar más sensibilidad social”, aseguraba Soriano. Por ello, las rehabilitaciones se han de llevar a cabo por y para las personas y no por los edificios, es decir, cambiar el foco a que reformar una vivienda es un factor de ayuda humana y no puramente arquitectónico.

Infografía por Rebeca Oliva.

La Mesa por la Rehabilitación de la Edificación en Aragón se centra en presionar a las administraciones para alcanzar unas metas nada desorbitadas con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los individuos y de las viviendas en Aragón.

Fijar partidas presupuestarias concretas y de cuantías adecuadas para fomentar la rehabilitación, aplicar sensibilidad social para centralizar el foco en las personas con riesgo de exclusión social y con problemas de seguridad y habitabilidad y apoyos financieros y de avales para evitar la parálisis de los proyectos son algunos de los objetivos que persigue.

En 2014 se puso en marcha “Rehabilita Aragón”, un proyecto llevado a cabo por el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón (COAA), una iniciativa de carácter público-privada que busca intervenir en las edificaciones en mal estado, tanto públicas como privadas, para hacer una ciudad más sostenible, eficiente y controlar las emisiones que desprenden las viviendas más antiguas y con las calificaciones energéticas más bajas. Sin embargo las rehabilitaciones, en numerosas ocasiones, se han visto paralizadas por falta de presupuesto y nunca han llegado a terminarse.

Según el Real Decreto Legislativo 1/2013 marcó como plazo límite diciembre de 2017 para realizar obras que mejoren la accesibilidad de los edificios. Cuatro años de plazo desde que se puso en marcha para llevar a cabo las obras pertinentes en las edificaciones, las cuales se llevan obligatoriamente a cabo con tan solo una única petición por parte de los vecinos del inmueble afectado. Sin embargo, según Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza, a pesar de que hubo un primer impulso, poco a poco fue deteniéndose, en gran medida, aseguran, por el gran desconocimiento de la población ante la salida de estas nuevas leyes. Además, también constatan que en 2014 las subvenciones estaban previstas para destinar 2,5 millones de euros en Aragón de los cuales tan solo llegaron 1,5 millones y, finalmente, solo se adjudicaron medio millón porque hubo poco plazo para presentar las solicitudes Esta es la otra cara de las rehabilitaciones, la que nunca llega a hacerse realidad, la que se queda a medio camino. Pero no todo son siempre malas noticias. Hay algunos vecinos que tras su esfuerzo y dedicación han logrado ver cómo su vivienda se transformaba.

“Es la hora de rehabilitar y las administraciones deben mostrar más sensibilidad social”

Otra solución alternativa es “Zaragoza Vivienda” una propuesta puesta en marcha por el partido político Zaragoza en Común. En el proyecto se busca captar viviendas vacías para alquilárselas a los más desfavorecidos  por una cantidad monetaria asequible. Funcionan como intermediarios entre el propietario original del piso y aquellos a quienes desean cedérselo. Un trueque en el que todos salen ganando, tanto el propietario de la vivienda vacía como quienes vivirán allí provisionalmente hasta que puedan permitirse su propia vivienda. “Buscábamos dotar esas viviendas vacías como viviendas sociales para que pudieran ser aprovechadas”, explica Pablo Híjar, responsable del proyecto.

Infografía por Rebeca Oliva.

La esperanza de un futuro mejor

Visitación sube cargada las escaleras con la compra que acaba de realizar en el supermercado. Con su bolsa de plástico bajo el brazo izquierdo se apoya en la barandilla de las escaleras con el derecho. Cuatro pisos interminables que tiene que recorrer día a día. Tampoco puede hacer la compra para toda la semana puesto que el peso sería imposible para ella.

“Con los años que llevo encima esto se me hace el doble de pesado”, dice. “Si tuviera veinte años no tendría problema, pero es que a esta edad estamos ya cascados”. Pero, pese a la edad y los problemas de su día a día, Visi no pierde la esperanza. Cree que algún día llegará esa tan esperada reforma que le proporcione un ascensor y aislamiento térmico.

Visitación es solo una persona de las muchas que día a día tienen que luchar contra las adversidades derivadas de su vivienda. Personas que rezan cada noche porque suceda un milagro, por un futuro más próspero o para que los responsables en el Gobierno decidan poner el foco en ellos para proporcionarles una vida más digna.

A pesar de que se faciliten ayudas para las rehabilitaciones o existan medidas como “Zaragoza Vivienda” a través de las cuales se busca mejorar notoriamente las condiciones de vida de los más desfavorecidos económicamente no es suficiente. No hay suficientes medidas para todos. Necesitamos ponernos en marcha y actuar. Porque no se trata de reformar edificios, se trata de reformar vidas de personas que viven en condiciones pésimas.

(*) Este proyecto formó parte de la asignatura Periodismo Especializado II (Periodismo de Investigación) que se imparte a los alumnos del cuarto curso del Grado en Periodismo de la Universidad San Jorge.

Universidad San Jorge