Tras salir de Zaragoza y después de atravesar humedales, pequeños ríos y praderas, en un corazón rocoso se eleva una fortaleza medieval. Nos encontramos en Uncastillo, que encierra un pasado cultural y un entorno natural tan interesante como poco conocido. Por ello Uncastillo fue declarada conjunto histórico-artístico en 1966.
Atravesando sus laberínticas calles, Uncastillo nos enseña de manera caprichosa todos los encantos que tras años de historia ha conservado. A nuestra llegada, nos recibe Jesús, el guía, que tiene muchas ganas de descubrirnos todo lo bello que se encuentra tallado en cada una de las piedras y adoquines que forman el pueblo. Cada uno de sus ochocientos habitantes demuestra un amor especial al hablar de esta pequeña comunidad.
Nuestro primer contacto con el mundo medieval lo tenemos en la Iglesiade Santa María, que se consagró en 1155. Justo a la entrada del pueblo se puede observar este templo románico cuyo portón relata al detalle los oficios y la vida cotidiana de la época medieval, gracias a las escenas talladas en él. Destacan, sobre la puerta, la vieja figura de un Pantocrátor, y las rotundas formas arquitectónicas de la nave única, abovedada con medio cañón, y con un ábside semicircular cerrado en bóveda de horno. Pero este tempo cristiano no solo guarda en él el reflejo del románico: la torre, situada a los pies de la iglesia, es de estilo gótico, y el claustro y la sacristía se construyeron en 1556, en plena época del Renacimiento.
Al salir de Santa María recorremos las estrechas y empinadas callejas que se rodean de las singulares casas de piedra que conforman Uncastillo. Jesús acompaña nuestro paseo con curiosidades del pueblo y las costumbres que alberga cada soportal.
Llegamos hasta el Ayuntamiento, un edificio renacentista concluido en 1568. La fachada se decora con esculturas femeninas que representan diferentes valores como la Justiciaola Prudencia. Lasgárgolas cuelgan desde el tejado. Destacamos, como en muchos otros edificios del pueblo, una frase: “En la casa del que jura no habrá desventura”.
Se trata de un edificio en el que las características de su luminoso estilo se dejan ver enseguida ante los ojos del visitante ávido de interés artístico. Este estilo aparece representado por numerosas casas del casco antiguo, entre las que encontramos la denominada Lonjeta. De camino hacia la oficina de turismo, pasemos también por curiosos rincones con motivos mudéjares, de carácter vegetal y geométrico.
La oficina de turismo se ubica en la iglesia de San Martín de Tours, en el lado norte de la peña Ayllón. San Martín se consagró en el último tercio de XII, aunque faltaba por construir parte de la actual iglesia, como el remate de la torre, de época gótica. En la oficina se proyecta un video que nos hace viajar a lo largo de la historia de Uncastillo y de la más pura época medieval. Los visitantes podrán encontrar dentro de San Martín un museo de figuras religiosas, retablos, vestimentas, y observar el interior de la iglesia sentado en la sillería renacentista del coro tallada por Juan Picart entre 1554 y 1556.
Al salir de San Martín de Tours, la imagen de la fortaleza cubre el cielo de la localidad. Accedemos a nuestro siguiente destino acompañados por almendros en flor que anuncian la llegada de la primavera. La fortaleza mantiene los sillares auténticos del Medievo, recordando épocas de reyes y feudos. Desde allí también sorprenden al visitante las panorámicas del pueblo, que acaparan todas las miradas. En el interior de la torre encontramos un pequeño museo sobre el arte y la historia de la época, que nos ayudan a situarnos mejor en el pasado.
Tras descubrir la fortaleza, aprovechamos para constatar el recuerdo de la comunidad judía en Uncastillo, que se mantiene con gran viveza en unos restos considerados con gran interés. La calle del Barrio Nuevo, nombre que adoptó en muchas poblaciones el barrio ocupado por los hebreos, conserva toda su esencia medieval. En esta calle se situaba la judería donde se encontraban los edificios públicos.
Finalmente, ponemos ruta hacia la Lonjade San Miguel, enla Plazadel Mercado, donde nos espera José Francisco García, director dela Fundación Uncastillo. El objetivo de esta organización es mejorar la realidad socioeconómica de las Cinco Villas mediante un programa de intervención en su patrimonio, tratando a su pueblo no como una atracción abierta al público sino como un recurso. “Entre sus objetivos –dice García- hablamos de una evolución hacia un modelo de vida urbano. La fundación Uncastillo se mueve a pasos lentos pero eficaces para poder ofrecer al visitante sus más amistosos encantos”.
En la fundación se tiene claro que para perpetuar los recursos de este pequeño pueblo hay que adaptarse a los cambios en la sociedad. El reto consiste, sobre todo, en mantener activa a la población joven. “La población que más hace falta para el futuro son los jóvenes, pero estos hacen las maletas para despedirse y buscar otro modo de vida en grandes ciudades”, afirma García. “Por eso, hay que preguntarse: ¿qué les queda a los pueblos por ofrecer?”. Para ello, la fundación no actúa sola, ya que está respaldada por 33 patronos, como el Ayuntamiento de Zaragoza.
Las ventajas de Uncastillo como centro turístico no quedan limitadas a su comarca. Rodeada por Pamplona, Huesca y Zaragoza, la zona abre todavía más el abanico de posibilidades. Tal vez su patrimonio cultural sirva para afianzar el interés por un pueblo que lleva siglos albergando a diferentes culturas.
Escrito por Celia Fumanal e Ignacio Vela, alumnos de Publicidad y Relaciones Públicas
Comentar