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Honestidad

“Quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito”. Este proverbio chino abre el libro Fago. Si dicen que tu hermano es un asesino, un relato comprometido, valiente, tremendamente honesto y doloroso, que su autor, Carles Porta Gaset, me acaba de regalar. El periodista narra la historia de Marisa, la hermana de Santiago Mainar, el hombre que se autoinculpó como el asesino del alcalde de Fago, un pueblo del pirineo aragonés, para –según sus palabras- que “dejen en paz a los demás vecinos”. Sus treinta habitantes eran sospechosos y a todos se les tomó pruebas de ADN. Desde que Santiago se señaló a sí mismo, la sociedad lo trituró. Los medios lo pulverizaron. El caso concentró la atención de reporteros de todo el mundo durante cinco años. Pero sólo Porta siguió el sufrimiento de la familia del (auto)acusado.
Marisa, que defiende la inocencia de su hermano,  “decidió quererlo, contra todo y contra todos, incluso contra él mismo”, afirma Porta. La justicia declaró culpable a Mainar y lo sentenció a veinte años y nueve meses de prisión. Porta acompañó a la familia a lo largo del desgarrador proceso. Se entrevistó más de sesenta veces con Mainar y muchas salió llorando, destrozado. Su historia contiene una gran lección humana: culpable o no, le da voz a quien todo el mundo enmudece y condena. Una persona, una familia, que viven una tragedia y que no han perdido su dignidad y que se merecen respeto y silencio. Lo fácil (lo cobarde) es tirar la piedra. Sumarse a la lapidación. O que es lo mismo: pulsar la primera envenenada tecla. Lo difícil (y valiente) es ser honesto.Valiente como esta brutal afirmación de integridad, de decencia: «No sé si Santiago mató o no al alcalde de Fago. La justicia española dice que sí, pero si me hubiera tocado formar parte de un jurado popular, yo no lo habría condenado. No con las pruebas que he conocido».
Publicado por Jorge Rodríguez, vicedecano de Periodismo de la Universidad San Jorge en
Universidad San Jorge