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La realidad de las mujeres inmigrantes abre la programación de invierno de la Casa de las Culturas de Zaragoza

El cartel de la Casa de las Culturas de Zaragoza en la calle Palafox

 

La Casa de las Culturas abre su agenda de eventos de invierno con el ciclo “Diálogos con Té” y una charla bajo el título “La contribución de las mujeres inmigrantes, roles que están desempeñando, concesiones que hacen”.  Tras una degustación de café y té, la trabajadora social, Ana Zarralanga, expuso la realidad de la mujer inmigrante y dos testimonios compartieron su experiencia personal el pasado mes de noviembre

El cartel de la Casa de las Culturas de Zaragoza en la calle Palafox

 

Esta es solo una de las numerosas actividades organizadas por la Casa de las Culturas para dar a conocer las diferentes minorías culturales que se dan en la ciudad de Zaragoza y evitar así los modelos de conducta racistas. “Conocer nos enseña a comprender y comprender nos enseña a vivir” es su lema.

La Casa de la Culturas es una entidad social que abrió sus puertas en marzo de 1998, coincidiendo con el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Sus principales propósitos son promover la integración social de inmigrantes y minorías étnicas, potenciar  modelos de convivencia intercultural, promover el conocimiento mutuo y potenciar experiencias educativas que favorezcan a otras culturas.

Khadridja es de Argelia aunque lleva once años viviendo en Zaragoza y se considera española. El terrorismo fue el motivo que le hizo tomar la decisión de emigrar: “Fue una decisión dura, difícil y rápida”. “No ha sido una experiencia, ha sido una lucha que me ha hecho ser más fuerte, responsable y tener más capacidad”, confiesa la joven. Khadridja llegó a un país y a una cultura completamente desconocidos, por ello, se siente muy agradecida a la función que la Casa hizo con ella hasta derivarla a la Asociación Argelina “Emir Abdelkader”.

La Casa de las Culturas ofrece multitud de servicios a través de tres áreas diferenciadas. En el área de atención social y asesoramiento dan información, orientación y acogida a los inmigrantes. Además trabaja íntimamente con todas las asociaciones y entidades sociales que tienen como objetivo integrar a la población inmigrante o difundir la diversidad cultural. Por último, en el área de multiculturalidad y sensibilización hacia la diversidad cultural, la Casa elabora una agenda con todas las actividades preparadas por las diferentes asociaciones.

La encargada de esta área, Susana Hernando, reconoce: “La inmigración es un tema progresivo y varía mucho: los primeros años lo difícil era el idioma y adaptarse a tener a alguien de otro color. Ahora esta fase está superada pero se trata de llegar a una convivencia de respeto y tolerancia. Por ello, los proyectos van cambiando en función de la necesidad que percibamos”.

En este momento, la Casa de las Culturas trabaja con más de 170 asociaciones establecidas en la ciudad con las que se reúne un mínimo de tres veces al año y con las que la comunicación es constante. “Yo creo que la buena relación entre todas las asociaciones y nuestro afán por tenerlas en cuenta nos da una retroalimentación que nos diferencia de entidades de otras ciudades”, comenta Ana Zarralanga, asistente social del centro.

Cartel del interior de la Casa de las Culturas

 

Actualmente, con la Asociación de Gitanos situada en Paseo Cuellar preparan cursos de alfabetización para personas adultas en los que se les enseña a leer y escribir. “Gran parte de la población gitana mayor de 50 años es analfabeta”, confiesa Mercedes Pastor, trabajadora de la asociación.

“En esta nueva situación económica, tristemente volvemos a hablar mucho más de respeto, derechos humanos, igualdad entre culturas…”, indica Susana Hernando, encargada del área de multiculturalidad y sensibilización hacia la diversidad cultural de la Casa de las Culturas.

Otra actividad de gran éxito son las semanas culturales que se organizan desde el año 2000 por diferentes centros escolares. Están abiertos a toda la población y con ellas se intenta que la gente se ponga en la piel de una persona de sus mismas características pero cultura diferente.

Jesús Giménez destaca: «Los gitanos amamos nuestra cultura, la respetamos y la cuidamos con gran recelo. No siempre se nos han puesto las cosas fáciles, por ser gitano te cierran muchas puertas. La Casa de las Culturas es una puerta para que los payos puedan conocer sin prejuicios nuestra cultura y la convivencia en el barrio sea más fluida”.

Todo esto es posible gracias a la financiación mediante convenios con la administración autonómica: la DGA delega en la Casa y esta se autogestiona. Susana  Hernando, asesora de la Casa de las Culturas, confiesa que el presupuesto para la asociación se ha visto reducido en gran medida en los últimos años tanto por la crisis económica como por la ideología del nuevo gobierno y que todos los trabajadores de la Casa temen la próxima modificación de la Ley de Bases. Por ello, han intentado mantener los mismos proyectos reduciendo al mínimo posible los gastos.

Clases gratuitas de español  para inmigrantes durante el verano para todas las edades, ciclos de cine “Una mirada a otras culturas”,  Semana contra el racismo, jornadas culturales o  coloquios en los que compartir posturas y experiencias son algunas de las actividades que se desarrollan a lo largo del año.

Otras actividades destacadas son el concurso de narrativa para mayores de 18 años “Acercando orillas”, diversas actividades durante las Fiestas del Pilar o el Zaragoza Diversa  en la que la Casa junto al PICH (Plan Integral del Casco Histórico) organizan unas jornadas con todas las asociaciones que quieran dar información sobre su cultura, sobre su organización, vender artesanía y productos típicos y exhibir su música o su danza.

En el área de multiculturalidad también existe el programa dirigido a la promoción del asociacionismo del que Susana Hernando explica: “Siempre hemos pensado que la participación de la población inmigrante a través de sus propias asociaciones es muy importante, tanto para que ellos se integren en la vida de la ciudad, como para que nosotros como administración conozcamos su problemática y su demanda a través de lo que es el tejido asociativo y la participación”.

Zaida Kallate, una estudiante de Administración y Dirección de Empresas marroquí, considera que el valor más importante de la Casa se encuentra en que ayude a cualquier persona, sea cual sea su situación. Cree que La Casa de las Culturas es un refugio y luz de guía para todos aquellos que llegan a un lugar  desconocido y se sienten perdidos. “Creo que sería una gran pérdida para toda la ciudad que un lugar así tuviese que cerrar o disminuir sus servicios por falta de recursos. La Casa no solo ayuda a los inmigrantes enseñándoles las pautas de su nueva ciudad, también al resto de la sociedad haciéndoles comprender nuestras culturas. De esta forma, todos podemos  vivir en mayor armonía y homogeneidad en el mismo lugar”.

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