Le llaman el ‘doctor milagro’. Es el artífice del primer trasplante de cara en España. En 2011 realizó el primer injerto de piernas simultáneo y bilateral del mundo. Él y su equipo realizan alrededor de 1.800 cirugías al año (Gabilondo, 2011), muchas de ellas en las zonas más recónditas de África. Pedro Cavadas es uno de los cirujanos más prestigiosos del panorama nacional; sus prodigios se han convertido en noticia a nivel mundial, pero lo que verdaderamente le define es su espíritu altruista. Y es que este doctor viaja una media de tres veces al año al continente africano. Allí opera de forma gratuita a aquellos que no pueden permitirse una intervención de estas características a través de su fundación, creada en 2003. En la última década, sus manos han ayudado a más de 13.000 personas (Rojas, 2011).
La medicina nunca había entrado en los planes de Pedro Cavadas. Su intención era ser veterinario, pero para cursar esta carrera debía salir de su Valencia natal y eso, por aquel entonces, era algo impensable para él. La casualidad también determinó su especialidad, ya que eligió cirugía plástica sin saber demasiado acerca de esta rama (Gabilondo, 2011).
Tras varios años de trabajo logró amasar una gran fortuna y, durante un tiempo, se convirtió “en el arquetipo de cirujano rico y ambicioso” (Fernández, 2011). Sin embargo, su primera estancia en África cambió su estilo de vida. El continente africano le hizo ver que su existencia estaba girando alrededor de cosas prescindibles. Desde entonces, Cavadas basa su labor en los países no industrializados en la justicia social, ya que considera que es lo menos que puede hacer por su propia especie. Estos viajes le dan “equilibrio y perspectiva”, son una “terapia para bajar los humos” en la que prima la medicina más básica (Gabilondo, 2011).
Su compromiso con el pueblo africano ha hecho que en varias ocasiones haya vuelto a España con pacientes que precisaban de un postoperatorio de mayor duración. El doctor Cavadas destina gran parte de sus ingresos a sufragar el coste de estos desplazamientos. Además, cada año organiza expediciones quirúrgicas humanitarias en la zona norte de Kenia para tratar a la población más desfavorecida (Rojas, 2011). Para este sanitario valenciano nacido en 1965, lo imposible es una cotidianidad incómoda. De acuerdo a su filosofía, “todo lo que genera bien y no conlleva ningún perjuicio a una tercera persona es lícito” (Gabilondo, 2011). Él cree que, desde el punto de vista de la ética, se debe garantizar la máxima equidad en el acceso a este tipo de tratamientos. Por ello, dedica todos sus esfuerzos a mejorar la calidad de vida de las personas que se ponen en sus manos. Su prestigio y el éxito de sus anteriores intervenciones han hecho que la gente le vea como su última esperanza.
He elegido a Pedro Cavadas porque, a pesar de que su nombre no pasará a la historia por haber contribuido al humanismo desde una perspectiva teórica, los más de 700 reimplantes que ha realizado en los últimos diez años han cambiado la vida a miles de personas. De hecho, su labor humanitaria ha sido reconocida con numerosos galardones como el VIII Premio Fundación por la Justicia, cuya dotación económica destinó a la creación de un centro de cirugía reconstructiva en Kenia (Europa Press, 2009). El Currículum Vitae de este cirujano puede parecer una carrera por alcanzar ‘el más difícil todavía’, pero sus actos demuestran que su intención es puramente solidaria. Frases como “la medicina no tiene nada que ver con los retos sino con tratar de aliviar el sufrimiento” dan muestra de ello.
Informa: Jorge Lisbona
Imagen: Farmaceuticosmundi.com
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