Es catedrático en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, donde ha sido el primer director del Departamento de Comunicación Pública. Apuesta por la victoria de Romney en los comicios estadounidenses, analiza la campaña electoral americana y recuerda alguno de los momentos más importantes de su carrera. Además, López-Escobar, autor de 16 libros y participante en más de una treintena de proyectos de investigación, asegura que la política necesita de gente íntegra que mire por el bien común y pone al sistema político alemán como modelo a seguir.
Dragón Digital.- ¿Quién cree que ganará las elecciones estadounidenses?
Esteban López-Escobar.- Por arriesgar e ir un poco a contracorriente, pienso que podría ganar Romney. Todo depende de qué elementos ponen en juego ahora ciertas instituciones y ciertos poderes fácticos. Obama no está resolviendo los problemas de la economía, que son muy serios. El último dato del paro que se conoce parece no corresponder a la realidad, ya que está basado en un cálculo en el que falta un informe clave referente al Estado de California. Hay un informe de todos los Estados, pero en California faltan los datos de un periodo de tiempo. No hay seguridad de que haya bajado el paro como se ha dicho. Por otro lado, creo que el tema de Libia es una bomba de relojería tras la que no sé quien está. Además, ahora mismo, económicamente hay un cierto equilibrio. Ni Obama se puede imponer ni se puede imponer Romney. Si los últimos datos de favorabilidad se mantienen, las elecciones se decantarán del lado republicano.
D.D.- ¿Cómo pueden influir las encuestas y los debates electorales en el voto de los indecisos?
E.L-E.- Los debates más, pero las encuestas no pueden influir mucho en estos momentos. Ahora mismo, la campaña está protagonizada por los indecisos y por la gente que no sabe si va a ir a votar. Los indecisos necesitan una visión directa de los candidatos. Con lo cual, el último debate puede actuar sobre un pequeño porcentaje de la población y, por tanto, ser decisivo. No sé si se va a dar el caso de que gane uno el voto popular y otro el voto electoral. En este momento, las cosas están bastante emparejadas. Real Clear Politics le da 201 votos electorales a Obama y 191 a Romney. Hasta hace poco, la diferencia era más notable y en los swing states puede pasar cualquier cosa.
D.D.- ¿Qué es lo que tienen que aprender los candidatos españoles de los estadounidenses?
E.L-E.- No estoy seguro de que el sistema estadounidense sea el ideal. De hecho, uno de los críticos de la americanización de las elecciones en todo el mundo, y particularmente en Europa, es un hombre nacido en Estados Unidos, Jay Blumler. A mí me parece que, si en un proceso de estas características lo que rige en toda la actividad es el deseo del éxito se presta a mucha manipulación. Creo que hoy en día, lo que necesita la política es el sentido contrario: promover la solidaridad y mirar por el bien común. Ahora necesitamos gente íntegra que haga resonar su integridad en el resto de los ciudadanos. Hay que cambiar de rumbo y pensar en el conjunto. Necesitamos detectar cuáles son nuestras necesidades comunes y batallar por ellas.
D.D.- ¿Cuál cree que es el mejor sistema político de la actualidad?
E.L-E.- Hay que elegir el menos malo. El sistema alemán, que es dual, es un sistema razonable que consiste en que en el Parlamento están representados los pequeños territorios y, al mismo tiempo, hay otra parte del Parlamento que se distribuye entre los partidos políticos. Hay un cierto equilibrio. Cada país tiene sus tradiciones y, en ese sentido, lo que fue bien puede seguir yendo bien siempre que la moralidad política se recupere y se refuerce.
D.D.- Usted fue presidente de la Organización Mundial de la Opinión Pública (WAPOR) en 2005 y 2006, ¿cuál es la misión de esta organización?
E.L-E.- En el año 1947, la gente que trabajaba en la Opinión Pública puso en marcha dos asociaciones: la AAPOR, integrada por estadounidenses, y la WAPOR, que es internacional. Yo prefiero la WAPOR porque tiene un equilibrio mayor en el sector comercial y en el sector académico, universitario e intelectual.
D.D.- ¿Cuál fue su cometido en el Consejo de Europa?
E.L-E.- Fui asesor en alguna de las organizaciones. Participé en tres tipos de eventos muy interesantes en países ex comunistas. Lo más interesante fue poder hablar con gente que iba a empezar una aventura nueva, que es la de tener medios de comunicación libres y mucho más dinámicos empresarialmente, ya que el comunismo promocionaba el empeoramiento.
D.D.- ¿Cuál es la preparación previa que se necesita para escribir un buen artículo sobre Opinión Pública?
E.L-E.- El tiempo suele ser limitado. Yo he desarrollado una actividad académica más importante que mi presencia periodística. A lo largo de mi trayectoria profesional he hecho mis prácticas, he trabajado en una agencia de colaboraciones, he sido director de una revista mensual etc. pero ahora es cuando tengo más tiempo para escribir artículos. En las últimas décadas he estado investigando sobre una serie de temas y sigo en ello.
D.D.- Está trabajando en su tesis doctoral, ¿qué le lleva a seguir formándose?
E.L-E.- Creo que no tengo las respuestas todavía. Sigo con muchas preguntas. Además, creo que es lo que ocurre con la gente de mi escuela. Las facultades de comunicación necesitan una base de ideas que todavía está por desarrollar, y eso es muy atrayente.
D.D.- ¿Cuál es la diferencia entre escribir un artículo de Opinión Pública y uno de Comunicación Política?
E.L-E.- En mi universidad, la Comunicación Política sale de la Opinión Pública. Al hacer el cambio de planes, Opinión Pública se convirtió en cuatro materias distintas: Métodos de Investigación en Comunicación, Comunicación Política, Opinión Pública II, que son análisis y encuestas, y la Reflexión Intelectual de la Opinión Pública, donde se relaciona la Opinión Pública con la conciencia y la libertad. Además, se establece una reflexión dinámica sobre cómo se ha ido entendiendo la Opinión Pública, por qué y hacia dónde tenemos que estudiar.
D.D.- ¿Cómo ha sido el poder conocer a personas tan importantes en el mundo de la Teoría de la Comunicación como McCombs, autor de la teoría de la agenda setting?
E.L-E.- En un determinado momento pensé que había que empezar a salir fuera. Es distinto leer un libro con una especie de veneración a un autor desconocido que leer ese mismo libro cuando has conocido a esa persona, conoces el timbre de su voz y sabes qué tipo de química puede haber entre ella y tu. Yo comencé en el año 1976 a salir de Pamplona todo lo que pude. Conocí a alguno de los grandes ‘búfalos’ de los estudios de comunicación como George Gerbner, McCombs y Denis McQuail. Llegaron a ser amigos míos y eso le da a uno un sentido no libresco de la vida universitaria, un sentido humano. Después he ido buscando foros nuevos, como la IAMCR.
D.D.- ¿Qué le parece que se esté reduciendo los fondos para la investigación en España?
E.L-E.- Que se restrinjan los fondos públicos no me parecería mal en la medida en que se fomente la inversión no estatal porque, al fin y al cabo, los fondos públicos son algo que pagamos los contribuyentes. A mí cuando me dice un colega de la universidad estatal que le han puesto un nuevo ordenador le digo, no olvides que una parte de ese ordenador te la he pagado yo. Reducir el dinero destinado a este fin es malo porque un país moderno necesita investigación, pero creo que habría que dar mayores facilidades a la inversión en investigación de fundaciones y empresas, de manera que no sea simplemente una cuestión estatal.
Pregunta de Ricardo Zugasti:
R.Z.- ¿Qué consejo le daría a los futuros periodistas y políticos?
E.L-E.- Les diría una frase del intelectual británico Ronald Knox que leí recientemente: La historia son los hechos y no los éxitos.
Informa: Alicia Mellén
Alicia, McCombs es teórico del agenda-setting. Espiral del silencio es Noelle-Neumann