José Antonio Mayoral ha recogido el guante de su amigo y mentor Manuel López, que estuvo durante 8 cursos como rector de la Universidad de Zaragoza en una época marcada por la incertidumbre política y la crisis económica. Tras unas elecciones en las que Mayoral se presentó como único candidato y se llevó el 58% de los votos, afronta su nueva etapa con la ventaja de que, definitivamente, se ha firmado un acuerdo de financiación para la reparación de la Facultad de Filosofía y Letras.
Pregunta: ¿Qué le llevo a presentarse al puesto?
Respuesta: Es muy difícil de decir. Me llevaron mis compañeros porque creían que podía ser un hombre de consenso. Después de 8 años de vicerrector, distintos grupos de profesores me animaron a intentarlo. Es lógico que los vicerrectores de investigación den el paso a ser rectores en la universidad española. Hay 3 grandes grupos de profesores en la Universidad de Zaragoza. El anterior rector y yo pertenecemos al mismo. Los otros 2 grupos se dirigieron a nosotros pidiendo un candidato que pudiera ser de consenso, y en una reunión se me propuso a mí. Yo acepté siempre y cuando fuéramos capaces de llegar a un consenso, probablemente de otra forma no me habría animado.
P: ¿Qué cualidades hay que tener para ser un buen rector de Unizar?
R: Yo conozco mucho la Universidad, soy una persona dialogante que negocia mucho y creo que tengo criterio. La gente me dice mucho que cuando existe un criterio consensuado soy capaz de defenderlo bien.
P: En las elecciones hubo una participación del 7% ¿a qué se debe este dato?
R: Es normal que la de los estudiantes sea baja, de hecho tener más de un 5% casi es un récord. Pero en profesorado no fue tan baja, hubo entre un 50 y un 60% que, para no haber más que un candidato, es bastante alta. Mientras que la participación del personal de administración y servicios fue cercana al 30%, es decir, algo similar a la del anterior rector.
P: ¿Por qué los estudiantes participan tan poco en este tipo de decisiones?
R: Es algo que planteamos continuamente. La gente no hace el esfuerzo de ir a votar. Es algo que también pasa en el resto de universidades. De hecho, participan poco incluso para elegirse a ellos mismos en el claustro o en el consejo de gobierno. Nosotros hemos hecho todos lo posible. Hemos ido a todos los centros a hablar con los estudiantes, pero en algunos casos la asistencia a las reuniones era bastante escasa. El estudiante no es consciente porque ve la universidad como un tramo más de su formación.
P: ¿Cuáles son sus objetivos a corto plazo?
R: Tenemos que poner al día varias cosas. Por un lado, mejorar nuestra oferta de relaciones internacionales, porque son mayores de lo que la gente piensa. Queremos hacer un mapa de relaciones internacionales para aprovechar a todos. Así, si un profesor tiene contacto con otro centro de investigación del país que se haga extensible a toda la universidad. Además, tratar de mejorar nuestra oferta de másteres, que es francamente mejorable, incluyendo dobles titulaciones con otras universidades. Y revisar nuestra estructura. Hemos implantado Bolonia hace poco y hasta ahora convivían ambas estructuras. Ahora, tenemos que podar todo aquello que viene de la antigua. También hay que desarrollar con el Gobierno de Aragón algunas modificaciones legales, como la Ley de la Ciencia.
P: ¿Cómo son las relaciones con el Gobierno? ¿Está la educación politizada?
R: Mis relaciones son buenas, yo he trabajado con la Consejera de Educación durante muchos años, aunque a otros niveles me consta que no han sido tan buenas. En mi caso, yo no milito e ningún partido. Yo me siento a hablar con todos, desde Chunta hasta el Partido Popular. De hecho ya he hablado con todos ellos y he recibido buenas respuestas. Me he reunido hasta con los ayuntamientos. Al final, las que legislan son las Cortes y nosotros lo que tenemos que hacer es explicarles a los parlamentarios lo que queremos hacer y por qué. Ellos son los que van a votar.
P: ¿El gran hito de esta negociación es la Facultad de Filosofía?
R: Eso es. La facultad de Filosofía debería estar hecha hace mucho tiempo. En el tema legal, tal vez tengamos que convocar un proyecto nuevo, porque al ser público nuestros tiene que salir a concurso. No sabemos si podremos rehacer el proyecto antiguo, haciendo modificaciones, o empezar uno nuevo porque las modificaciones son muy sustanciales. Es tan antiguo que ya no cumple las normas de construcción, ni de seguridad, ni energéticas. El asunto es qué día entra la máquina y eso depende del tiempo que se demoren los concursos. No me atrevo a decir un tiempo, pero entre finales de este año y primer semestre de 2017.
Hay otras cosas que se van a hacer ya. Interfacultades se va a arreglar ya, porque tiene bastantes problemas. En Huesca se va a arreglar la clínica odontológica. Se va a ajustar alguna facultad a normas de incendios. A estamos haciendo cosas para poner los edificios al día y hemos lanzado un proyecto de infraestructuras de investigación, que se ha aprobado para poner al día el equipamiento.
P: ¿Qué imagen está dando la Universidad de Zaragoza?
R: Depende de lo que leas. En algunos sitios justa y el otros injusta. Estamos en la 422, es decir el 3% de las mejores del mundo. Si cuentas que las mejores son americanas, francesas y centros politécnicos, además de la santísima trinidad inglesa (Oxford, Cambridge y el Imperial College). En Química somos los mejores de España y estamos entre las 100 mejores del mundo. En Historia o Informática somos muy buenos. Estamos bastante bien teniendo en cuenta que somos una universidad generalista y repartida en el territorio, que dificulta competir con una politécnica, que está más especializada y concentrada. La Universidad ocupa una posición algo mejor de lo que nuestro tamaño nos daría. Si quieres tener una universidad con más ranking solo puedes especializar, aunque eso no me parece buena idea.
P: ¿Cómo se comparte el territorio con la Universidad San Jorge?
R: Yo creo que en el pasado se han cometido algunos errores. Creo que competir no es bueno. Somos muy pocos, 1 millón 400 mil. Y lo que tenemos que hacer es complementarnos. Hay que hablar del sistema universitario aragonés, donde cada uno ocupará su lugar. Obviamente la Universidad de Zaragoza mucho más poderosa y la USJ en el lugar que le corresponde. Yo tengo muy buenas relaciones con el equipo rectoral. Y espero, como dijo la consejera, que nos sentemos todos en una mesa y lleguemos a conclusiones buenas para Aragón.
P: ¿Saltan las alarmas cuando comienzan a duplicarse las carreras entre universidades de la Comunidad?
R: Yo me pregunto si es bueno tener magisterio en 4 sitios: Huesca, Teruel, San Jorge y Zaragoza. Eso lo tiene que contestar el Gobierno de Aragón. Por ejemplo, Fisioterapia tiene la suficiente demanda para que esté en la San Jorge y en Zaragoza, por lo que nadie ha dicho nada. El problema es Magisterio porque es la titulación con más alumnos en Teruel y Huesca y por eso salen las alarmas. Yo no entro en la política de cada universidad, pero me pregunto si era la carrera más necesaria en ese momento. Nosotros, por ejemplo, no hemos puesto Farmacia y es mi titulación favorita, pero no la hemos puesto. Hemos puesto Medio Ambiente u otras cosas. Las que la gente quiere y necesita tener. Es mejor complementar que competir.
P: ¿Cuál es su valoración sobre la implantación del 3 + 2?
R: Mientras el precio de los másteres sea el que es, será muy difícil que pensemos en el 3 + 2. La universidad pública debe atender a todos los estratos sociales. Si pensamos en la igualdad de oportunidades tenemos que tener un precio de máster que sea público. A partir de ese momento, será cuando nos podamos plantear cuál es la mejor estructura, que puede ser 3+ 2 o 4 + 1, dependiendo de cada titulación. No es igual para todas las carreras.
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