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De guardameta a empresario

Es un portero de primera. Sabe lo que es ganar la Copa del Rey y levantarla ante más de 100.000 personas. Constante, trabajador y ante todo amante del fútbol. Una lesión le apartó de los campos, pero no de su pasión por el fútbol. Ahora dirige su propia distribuidora de artículos especializados en guardametas, Soloporteros. Sus clientes son de lo más variado: desde niños que entrenan en el club del colegio hasta miembros de la Selección Española o futbolistas internacionales.

Lo primero que se ve nada más abrir la puerta de Soloporteros es una exposición de guantes y camisetas firmadas por una larga lista de futbolistas profesionales. En una pared hay una colección de moldes de las manos que han protagonizado las mejores paradas.

Javier Sánchez Broto forma parte de la historia del fútbol español. Recuerda que su fichaje por el equipo escocés Celtic de Glasgow fue una experiencia muy buena, pero con dos versiones. “Una es la deportiva, en la que te encuentras con un fútbol que no has vivido nunca, un fútbol totalmente diferente al español. Es un fútbol muy directo en el que el papel del portero interviene mucho. Allí los jugadores más valorados son el delantero y el portero. La otra versión es la de la vida en sí. A las tres de la tarde es de noche, la comida es totalmente diferente a la de España, las costumbres, el idioma… al principio se me hizo un poco difícil pero poco a poco te vas adaptando. Al tercer año ya era hora de volver a casa”, asegura. A pesar de que hay cosas que cambiaría en su carrera, el guardameta dice que lo importante es quedarse con las cosas buenas que han pasado en los años de profesión, y con las personas que has conocido por el camino.

Comenta que en absoluto fue duro dejar de jugar. “Por un lado incluso tenía ganas de dejarlo”, asegura. Considera que su vida se divide en dos etapas, por un lado la deportiva y por otro la actual, en la que puede disfrutar de su familia y dedicar más tiempo a lo que antes no podía. Como él dice, aunque dejar el fútbol por una lesión no es lo mismo que dejarlo voluntariamente, no le supuso ningún trauma. Por tanto, hay una diferencia muy marcada en su vida profesional, la de futbolista en activo y la actual con la tienda. Javier Sánchez asegura que “las dos tienen sus ventajas”, y añade: “De la primera me quedo con el ambiente del vestuario, el estar con gente de tu edad a la que le gusta lo mismo que a ti. Ahora con Soloporteros es la dinámica de una empresa en la que hago lo que me gusta y disfruto de mi trabajo. Estoy rodeado de gente joven, futbolistas en la mayoría de los casos.” Sin duda uno de los momentos más dulces de su carrera fue el momento en que levantó la Copa del Rey en la plaza del Pilar ante más de 100.000 personas. “Toda Zaragoza se volcó con el equipo, Fue muy chulo,  no estábamos acostumbrados a logros como aquel. Además, como portero es un momento muy importante en la carrera porque es uno de los puestos con mayor responsabilidad en el campo”, recuerda.

Informa: Marta Plano

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