Reportajes

Desinchando el Glovo: falsos autónomos y precariedad

En el año 2015 aterrizaron en España nuevos modelos de negocio basados en el reparto a domicilio, como la startup británica Deliveroo y la española Glovo. Ambas trabajan en el sector de la hostelería pero esta última va más allá y permite al usuario pedir cualquier cosa, desde una cajetilla de tabaco, pasando por una hamburguesa hasta un paquete de pañales. Estas nuevas empresas funcionan a través de una aplicación móvil que permite conectar al usuario con el establecimiento y son los repartidores autónomos los que realizan la entrega a domicilio. Independientemente del día, la hora y el pedido, se puede adquirir cualquier producto gracias a estas aplicaciones. A un solo golpe de click.

Forma de negocio

Este tipo de negocios han calado con fuerza en la sociedad, y cada vez es más normal ver a un gran número de repartidores (más conocidos como riders) de estas plataformas por las calles de Zaragoza en sus bicicletas o motos. Dichas empresas funcionan a través de un sistema de incentivos. Cuantos más días trabajen y menos pedidos rechacen, mayor puntuación obtienen, y es esto lo que les permite que les sigan llegando pedidos. Los pedidos son gestionados desde la empresa hacia los repartidores, estos no pueden elegir qué entregas realizar.

Muchas veces los medios de comunicación han hecho pensar que los empleados de este tipo de empresas, trabajaban en condiciones precarias pero, ¿qué hay de cierto en esto? ¿Son realmente autónomos? ¿Es todo tan malo como lo pintan?

Con la llegada de estas nuevas aplicaciones se ha avivado el fuego en cuanto al tema de si los riders trabajan por cuenta propia o ajena. La polémica en torno a los llamados falsos autónomos ha comenzado. Las empresas de delivery (reparto a domicilio) deciden contratar a sus trabajadores exigiendo que sean autónomos para no tener que hacerles un contrato laboral ni cubrir los gastos derivados de su trabajo, como, por ejemplo, seguros, seguridad social, horas extra… Pero la discusión viene cuando es la empresa quien les exige determinados aspectos que no concuerdan con sus lógicas de trabajo, como son la libertad a la hora de escoger pedidos, las horas de trabajo, etc.

Empleado de la compañía Glovo trasladando un paquete. Fuente: Ana Collado

Falsos autónomos / false self-employed

El abogado laboralista Mikel Nanclares explica: “un falso autónomo desempeña las laborales correspondientes a un trabajador por cuenta ajena pero con las obligaciones de un trabajador autónomo (darse de alta en el Régimen Especial de la Seguridad Social para autónomos (RETA) y en Hacienda). Es decir, adquiere todas las obligaciones que conlleva su condición ficticia de trabajador por cuenta propia: hacer frente a la cuota mensual de autónomos, emitir factura a la empresa por sus servicios y asumir el pago de impuestos”.

Sonia García Fabregat, secretaria de acción sindical, política sectorial y movimientos sociales de Comisiones Obreras Aragón, explica que “una de las características que tiene el trabajador por cuenta ajena es que estás bajo las órdenes y la dirección de otra persona física o jurídica, tienen una organización a la que tienes que obedecer y además prestas servicios”.

A todo esto hay que añadirle la postura de los trabajadores y sus propias vivencias. La mayoría de ellos afirman que son falsos autónomos, pero prefieren no desvelar su identidad. Martín (nombre ficticio) trabajador de Glovo, cuenta: “lo de los autónomos en realidad es una falsedad porque no puedes elegir libremente las horas, ni lo que cobras por cada pedido, ya que ellos te lo asignan, te mandan a donde tenías que ir y supuestamente tú lo puedes rechazar”.

«Las condiciones no son muy favorables, si tienes un accidente, te buscas tú la vida». Pedro Hernández

En julio del año pasado se destaparon solo en Zaragoza un total de 326 falsos autónomos de Glovo. Se condenó a la empresa a dar de alta a estos riders en la Seguridad Social y a pagar las cotizaciones retrasadas de los repartidores, un total de 379.963,09 euros, incluyendo un 20% por la demora, según la investigación que llevó a cabo la Inspección de Trabajo y Seguridad Social durante ocho meses y cuyos datos han sido recogidos por el Periódico de Aragón.

La empresa Glovo funciona en Zaragoza desde septiembre del 2016, así mismo tras la investigación se comprobó que estos trabajadores no deben ser considerados como autónomos sino trabajadores por cuenta ajena. Estas inspecciones ya detectaron en Zaragoza en el 2017, 55 falsos autónomos de la empresa Deliveroo por la que se le condenó a pagar las cotizaciones sociales atrasadas por un valor de 35.500 euros.

Nanclares declara que “es un asunto complicado, porque estos riders comparten tanto notas de laboralidad de trabajadores por cuenta ajena, como notas de trabajador autónomo (…) hay que esperar a que esto llegue al Tribunal Supremo, el cual declare, unifique y coordine y que diga lo que son realmente y cómo se debe tratar a estos riders”.

En Valencia ya se ha dado un paso adelante, y el 1 de junio del pasado verano el Juzgado de lo Social número 6 dictó una sentencia en la que se consideraba a los empleados de Deliveroo trabajadores por cuenta de la empresa, es decir, falsos autónomos. Se trata de la primera sentencia que se dicta en España en relación con esta empresa y sus repartidores.

El juzgado valenciano consideró que los empleados trabajan siguiendo instrucciones de la empresa y bajo unas condiciones acordadas “unilateralmente” por esta. En una situación que reflejaba “las notas características de la relación laboral de ajeneidad y dependencia”, según lo dicho en la sentencia. Explican este punto alegando que la empresa establecía la zona en la que el trabajador iba a realizar sus repartos y en qué horario gracias a los pedidos que decidía enviarle a cada repartidor.

Las compañías delivery no prestan vehículos de movilidad a sus trabajadores. Fuente: Blanca García

Tras esta sentencia Deliveroo interpuso un recurso, el cual  acabó retirando en noviembre. De acuerdo con la información facilitada por la agencia EFE, es posible que este paso atrás se deba al juicio al que se enfrentará dicha empresa el próximo 25 de febrero. El que podría suponer una multa de hasta 160.000 euros.

En Zaragoza habrá un juicio contra Glovo el 30 de septiembre de este año.

A raíz de estas inspecciones, estas empresas de delivery han ido modificando su manera de actuar para tratar de eliminar o mitigar los elementos que denotan una relación laboral con los riders. Por ejemplo, han suprimido aspectos como la garantía de un ingresos mínimo o han reducido el tiempo de formación.

Pésimas condiciones laborales

Las condiciones laborales de los glovers han llegado a ser tan abusivas que el pasado mes de septiembre los trabajadores de esta compañía en Zaragoza decidieron convocaron una huelga porque les habían quitado el bonus por alta demanda sin avisarles. Encontraron la forma de bloquear la aplicación para que los clientes no pudieran acceder al servicio, rechazando los pedidos en las horas puntas, entre las 20:30 y las 23:00. Este parón se inició en la capital aragonesa pero se extendió a Madrid, Barcelona y Valencia, principales ciudades con presencia de Glovo.

Por otra parte, en cuanto al horario del servicio, Deliveroo ofrece solamente servicios de restauración por lo que el cliente puede solicitar un pedido en horarios de comidas y cenas. Glovo por su parte ofrece cualquier tipo de servicio no solo resturación y su horario va desde las 8 de la mañana hasta las 24 horas los 7 días de la semana.

Las condiciones de trabajo de los riders no son nada favorables para ellos, tienen que costear su propio seguro, y si no lo hacen, ponen en juego su vida. Puede parecer que no, pero al ser un trabajo que te implica estar todo el rato en la carretera o en el carril bici en su defecto, hace que sea un trabajo muy peligroso. En el que siempre tienes la probabilidad de sufrir un accidente.

Respuesta de los trabajadores de estas empresas delivery a la encuesta en torno a la valoración de las condiciones laborales. Fuente: elaboración propia.

Pedro Hernández, un trabajador que ha estado en las dos empresas, Glovo y Deliveroo, afirma que “las condiciones no son muy favorables, si tienes un accidente, te buscas tú la vida”. Otro trabajador de Glovo, Ismael Giménez, sostiene que tiene un seguro porque se lo está costeando él, ya que la empresa no le ha aportado ninguno. Por lo que se puede apreciar que la seguridad e integridad de los trabajadores de las startups no tienen importancia alguna para las empresas.

Sistema de valoración de los riders

Al hacer un pedido en Glovo, el cliente valora el servicio y dependiendo de dichas valoraciones los riders recibirán más o menos pedidos, lo que supone más o menos salario. Es decir, según el contrato son autónomos pero se les controlan los pedidos y además se valora  cómo han realizado el traslado y recepción del producto que el cliente ha solicitado. Sin embargo, con Deliveroo no hay valoraciones como tal a los repartidores, si no que se les envía una encuesta a los clientes que pueden contestarla o no, y la valoración es por el servicio y no por la persona.

Es por ello que Glovo está mucho más controlado y hay más competición entre los trabajadores porque depende de las valoraciones que tengan van a recibir más pedidos o no.

Existen riders que tienen el método para burlar los kilómetros recorridos y ganar más dinero por pedido. No es otra cosa que “trucar” el GPS. En Zaragoza hay ciertas localizaciones donde se puede realizar. El sistema consiste en que el repartidor se sitúa en esa ubicación concreta y el GPS comienza a contar más kilómetros de los realmente realizados. Es decir, se cobra más sin trabajar. A estas ubicaciones estratégicas se les denomina “puntros prex”, y el glover puede llegar a cobrar hasta 30 euros por trayecto.

La otra cara de la moneda

La que parece una lucha sin fin entre repartidores y empresas tiene detrás matices que se desconocen. No todo es tan malo como lo pintan. El ruido que hacen los que denuncian es mayor que el de algunos trabajadores que se sienten felices con sus condiciones laborales y no cambiarían nada.

“He llegado a cobrar unos 3.600€ al mes”. Domingo D. empleado de Deliveroo

Domingo, repartidor de Deliveroo asegura estar contento con su trabajo, aunque sus condicions podrían ser mejores. Fuente: Blanca García.

Domingo D. explica que él está contento trabajando en Deliveroo “hay libertad horaria. Cada lunes se abre el horario de la semana y si tienes buenas estadísticas puedes elegir las horas en las que más pedidos entran o escoger varias horas para ganar más dinero”.

Domingo afirma, tal y como cuenta en la entrevista, que ha llegado a cobrar bastante dinero unos 3.600 euros algunos meses, pero como él mismo recalca, dedicándole muchas horas, más de 45 a la semana.

Muchos de los repartidores compaginan su trabajo de estas empresas con otras actividades profesionales, es el caso de Elisa Sancho, una de las pocas mujeres que trabajan en Deliveroo, lo considera secundario aunque ha llegado a facturar de media unos 1.500 euros mensuales más IVA. Lo compatibiliza con otro de 30 horas semanales “tengo otro trabajo que sería el principal, así que imaginad lo que se puede llegar a facturar si le puedes dedicar toda tu jornada semanalmente”. Además añade “no había podido ahorrar nunca con ningún trabajo por cuenta ajena hasta que empecé en esta compañía”.

Desde este medio se ha intentado contrastar la opinión con ambas empresas sin conseguir dicho objetivo, recibiendo un no rotundo por parte de Glovo en Zaragoza y el silencio por parte de Deliveroo.

Está visto que este tema no queda aquí, tiene aún gran recorrido por delante, tanto en los juzgados como en la calle.

Acerca del autor

Blanca García

Comentar

Clic aquí para escribir un comentario

Universidad San Jorge