Jorge Broto, oriundo de la ciudad de Huesca, es portero del BM Huesca «B» y un deportista al que le encantaría jugar en alguno de los grandes clubes europeos del momento (Paris Saint-Germain, FC Barcelona, RK Vardar). Es el futuro del club oscense, y sabiendo lo complicado que es el deporte a nivel profesional, entrena diariamente para ganar galones e importancia en su equipo.
En el deporte español, y sobre todo en el aragonés, se está viendo cada vez más cómo los jóvenes deportistas, algunos de ellos de la “generación Z”, empiezan a destacar y a mostrar su potencial de cara al futuro. No obstante, no es tan fácil llegar hasta la élite del deporte y para ello es necesario mucho trabajo y sacrificio. Jorge Broto (portero del Club Balonmano Huesca), a sus 20 años, sabe de primera mano lo que cuesta lograr un puesto en el primer equipo, que se encuentra en la máxima categoría del balonmano español, la Liga ASOBAL.
Sus primeros acercamientos a un deporte tan opacado por otros de altísima importancia en el panorama nacional, como el fútbol o el baloncesto, sucedieron cuando el joven oscense tenía 12 años: «mi padre me apuntó a un campus del club (BM Huesca) para que hiciera algo en verano. Pero no fue hasta el comienzo del año siguiente, viendo que tenía muy complicado jugar a fútbol en el colegio, que preferí empezar a jugar a balonmano en Huesca». El portero del BM Huesca comenta que no le resultó tan complicado compaginar los entrenamientos con el ámbito académico en los primeros años, a pesar de estudiar en Zaragoza y trasladarse diariamente. «A partir de bachillerato, coincidiendo con la entrada al juvenil, el club intenta que entrenes con gente de mayor nivel para que mejores cada vez más. Mis horarios de clase eran de ocho de la mañana a dos y media y los entrenamientos de algunos días iban desde las cinco hasta las diez de la noche; se me hizo muy duro de llevar, porque también tenía que estudiar y lo hacía por las noches», añade Jorge.
«Los pequeños detalles son los que van puliéndote como jugador»
El jugador, curtido en la cantera del propio BM Huesca, sorprendió a muchos con su debut en la Liga ASOBAL en febrero de 2019 frente al Guadalajara, con victoria y una gran actuación. Aquello solo fue el comienzo de un frenético año lleno de buenas noticias, ya que en junio de ese mismo año, Isidoro Martínez –seleccionador juvenil nacional– lo llamó para participar en el Campeonato Mundial celebrado en Vigo, y aunque no se logró luchar por las medallas, Jorge se llevó una gran experiencia y minutos importantes de juego a nivel internacional.
Lo más difícil para los jóvenes deportistas es saber mantener las formas a pesar de la presión que recae sobre ellos e incluso tener una mentalidad seria para que no perder el norte y echar por tierra todo lo por lo que se esfuerzan. En este caso, Jorge lo tiene muy claro: «no soy un creído, por mucha gente que me diga que lo hago bien, yo siempre lo veo como parte del proceso de mejora. Me he dado cuenta que no creerse todo lo que te dicen ayuda mucho a que los compañeros más veteranos no te vean como un engreído y un chulo y, en parte, te sientas más integrado en el equipo y te ayuden a mejorar». Se trata de una persona muy consciente de que lo que está logrando es fruto de su esfuerzo y vive con los pies en el suelo, muy centrado en el presente y sobre todo en el futuro, prueba de ello es que continúa con sus estudios en enfermería y que le gustaría mucho ejercer como tal.
Jorge también afirma que una parte fundamental de su buen hacer en la portería viene de la autocrítica que se ha impuesto. «Aunque me digan que he hecho un gran partido, sé que perfecto e intento mejorar. Los pequeños detalles son los que van puliéndote como jugador»… y son esos pequeños detalles los que busca el joven altoaragonés para alcanzar su principal objetivo: ganarse la titularidad con el primer equipo. Actualmente es guardameta en el BM Huesca B, pero es la perla del club oscense y, por ello, entrena tanto con estos como con la primera plantilla.
Un detalle sobre el presente del jugador es que ha sido nominado para el premio al deportista altoaragonés del año por su brillante actuación a lo largo de la temporada 18/19 y su presencia en el Campeonato del Mundo. No cabe duda que su futuro en el mundo del balonmano apunta maneras, gracias a su talento y su gran ética de trabajo puede llegar muy lejos.
Juan, una entrevista genial!!!