Cientos de artículos leídos y 11 entrevistas después llenas de datos sobre las terapias alternativas o “pseudocientíficas” nuestra idea sobre el tema ha cambiado significativamente. Hemos conocido puntos de vista opuestos como el de Josep Pàmies o el de Fernando Cervera y otros que abogaban más por buscar un equilibrio. Y testimonios de personas que habían tenido buenas y malas experiencias en su uso.
Todos los testimonios han estado cargados de citas, experiencias y valores de cada uno de ellos. Voces como la de Mercedes que apoyaban el uso de terapias naturales lejos de la medicación y de personas como Christian cuya madre tuvo una gran cantidad de efectos secundarios al utilizar el MMS.
Un debate entre detractores y aquellos que apoyan las terapias con demandas, amenazas y sobre todo, con vidas en juego: los pacientes. Hay una gran necesidad de definir el sector de las terapias alternativas o complementarias y trazar la línea que las separa de las “pseudocientíficas”. Como se demostraba en el CIS, dos millones de españoles sustituyen hoy en día un tratamiento convencional con otro alternativo y seis millones hacen uso de terapias complementarias. De esas elevadas cifras de españoles, la mayoría valora de forma positiva este tipo de terapias.
Sin embargo, los casos de negligencias nos recuerdan la importancia de poner nuestra salud en manos de un profesional. Y obtener información real sobre la eficacia, efectos secundarios y riesgos de los fármacos o terapias que puede recibir el paciente.
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